Lectio Divina para Adviento: dia 10

Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén

  11,28: Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. 11,29: Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy tolerante y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. 11,30: Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.

El Adviento es tiempo de preparación para el encuentro con el Señor. Es ahora que él vuelve a llamar a los que “están cansados y agobiados” porque el mismo Señor “los aliviará”. Prepararnos para la venida del Señor es estar dispuestos a recibir su alivio, su salvación. Vivir de la manera que pide el Señor es un descanso para la vida. El yugo es ese artefacto que se ponía sobre los bueyes para cargar la carreta. Pero vivir las enseñanzas de Jesús no es algo que asfixia y no se puede vivir, al contrario, es suave y ligero y ayuda para tener una vida aliviada en el Señor.

Nos preguntamos para profundizar en nuestra vida estas palabras de Salvación:

1. ¿Cuántas son las veces que me siento cansado y agobiado? ¿Recurro a Jesús?
2. ¿En muchas ocasiones siento y digo “no doy más”, entiendo que el descanso en mi vida lo encontraré en Jesús que me invita a vivir de una manera nueva?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero.

·       Gracias Señor por tu Palabra Salvadora, que viene a mí para aliviarme en mis momentos de cansancio.
·       Gracias porque me enseñas el camino cuando me siento agobiado, por los quehaceres de la vida
·       Señor, que siempre busque tu ejemplo para encontrar descanso en mi vida.
·       Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Añadimos unas intenciones de oración.

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del texto para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón:

“Vengan a mí, los que estén cansados y yo los aliviaré” (Versículo 28)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación.

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Mi agradecimiento por creer en Jesús, se manifiesta con llevar la alegría cristiana a los demás. Que puedan conocer también a Cristo por mi alegría. Me propongo manifestar alegría.

Hno Ricardo Grzona, frp