El Pontífice ha dirigido un discurso a los encargados de las ONGs y movimientos comprometidos en la cooperación internacional. “Hay tanta necesidad de testimoniar los valores de forma gratuita”
“Ustedes están llamados a interpretar estos signos de los tiempos y a convertirse en un instrumento al servicio del protagonismo de los pobres” dijo Papa Francisco este vienes 4 de diciembre, en el aula Pablo VI del Vaticano ante dos mil voluntarios comprometidos en ámbito social y humanitario.
El discurso del Obispo de Roma ha subrayado el valor del trabajo de los miembros de la Federación de Organismos Internacionales de Voluntariado, en ocasión de la Jornada Internacional del Voluntariado.
Un servicio que – recordó el Pontífice- es necesario promover a través de “la solidaridad" y "la busqueda de la paz”. Los voluntarios fueron llamados a ser un “un signo de paz y de esperanza” en medio a situaciones de miseria, sufrimiento y pobreza. Específicamente, habló de la actividad que realizan en “los campos de refugiados, donde encuentran a gente desesperada, rostros marcados por el atropello, niños que tienen hambre de alimentos, de libertad y de futuro”.
El Papa Francisco les invitó a seguir el ejemplo de tantos “voluntarios que han sido verdaderos testigos de la caridad, operadores de paz, constructores de justicia y de solidaridad”.
Al respecto confirmó que la “solidaridad con los pobres es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos”.
“Es también luchar – continuó – contra las causas estructurales de la pobreza: la desigualdad, la falta de un trabajo y de una casa, la negación de los derechos sociales y laborales. La solidaridad es un modo de hacer la historia con los pobres, evitando presuntas obras altruistas que reducen al otro a la pasividad”.
El Papa vuelve a retomar el tema de su posible próxima encíclica sobre el cuidado del creado. Así denunció que “entre las principales causas de la pobreza hay un sistema económico que saquea la naturaleza”.
Entre los daños irreparables señaló, “la deforestación, las catástrofes ambientales y la perdida de la biodiversidad”. La creación no obedece a la lógica de la propiedad. Por ello dijo “es necesario remarcar que la creación no es una propiedad de la cual pueden disponer como les plazca, y mucho menos es una propiedad de algunos cuantos” aseguró.
En su alocución invitó a los voluntarios a seguir su labor ecológica y a favor también de las nuevas generaciones. “La creación es un don maravilloso que Dios nos ha dado para poder cuidarlo y lo utilicemos en beneficio de todos, con respeto”.
Asimismo, pidió especial atención hacía los migrantes y refugiados que pasan por duras “condiciones de vida y todo tipo de peligros”. En este sentido sostuvo que es “necesario la colaboración de todos, de instituciones, de ONG’s y comunidades eclesiales para promover cominos de convivencia armoniosa entre personas y culturas diversas”.
De igual manera, recordó que “los movimientos migratorios solicitan adecuadas modalidades de acogida que no dejen a los emigrantes a merced del mar y de las bandas de traficantes inescrupulosos. Al mismo tiempo, es necesaria una colaboración factible entre los Estados, para reglamentar y administrar eficazmente estos fenómenos”.
Al final impartió su bendición apostólica a los voluntarios cristianos reunidos en Roma: “los encomiendo a cada uno de ustedes y a los organismos de su Federación a la protección de María Santísima”.