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Falta humildad y misericordia para que hablen cristianos y musulmanes en Turquía

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Gelsomino del Guercio - publicado el 29/11/14
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Maddalena Santoro, hermana del sacerdote italiano asesinado en Turquía en 2006: mi hermano estaba abriendo un nuevo camino y eso molestaba

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Humildad y misericordia para hacer dialogar a cristianos y musulmanes en Turquía. Lo decía siempre el sacerdote italiano Andrea Santoro, misionero en este país, hasta que fue asesinado por mano de fanáticos, tras la difusión de varias viñetas anti-islámicas. Era el año 2006. Desde entonces el clima de intolerancia religiosa ha seguido alimentando los ambientes extremistas.

Hoy en Turquía está el Papa Francisco, e intentará desempolvar esos mensajes en la línea del sacerdote, para volver a abrir un canal de contacto entre la minoría cristiana y la masa, musulmana.
 
Maddalena Santoro, hermana de Andrea, profesora en la Universidad católica Lumsa de Roma, ha fundado y anima la asociación “Don Andrea Santoro”, para la promoción del dialogo interreligioso, en sintonía con la diócesis de Roma, el Vicariato apostólico de Anatolia y la asociación “Finestra per il Medio Oriente”, lanza en esta entrevista a Aleteia mensajes precisos para que el camino marcado por su hermano no sea desechado.
 
– Hoy en Turquía ¿los musulmanes temen a los cristianos?
 
Si temor quiere decir tener miedo o considerarlos una amenaza para la incolumidad física, digo absolutamente no. Creo en cambio que los integristas y nacionalistas temen la convivencia y la integración pacífica entre musulmanes y cristianos.

Y la cuestión es compleja porque no es tanto miedo del otro, sino una no acogida del otro, cerrazón y rechazo, o bien prejuicio que se esconde tras la acusación de proselitismo, o bien un querer imponer la propia "ideología" que ya no es por tanto cuestión de "fe" o de "religión".

Otros también temen una "occidentalización de las costumbres", como el consumismo, el liberalismo moral, u otras cosas, pero esto, que no es evangélico no es tampoco cristiano. Creo que es importante recordar lo que decía mi hermano.
 
¿Y qué decía?
 
Andrea decía textualmente: "Europa y Oriente Medio (incluida Turquía, aunque es un caso aparte), Cristianismo e Islam deben hablar de sí mismos, de su propia historia pasada y reciente, del modo de entender al hombre, a la mujer, etc. Es necesario que acepten hacer en voz alta un examen de conciencia, sin temor a revisar el propio pasado.
 
Al contrario, deben ayudarse mutuamente a purificar el pasado y la memoria. Solo de la humildad ante las propias culpas y de la misericordia ante las culpas del otro puede nacer una reconciliación hecha de “absolución” recíproca.
 
Yo creo que cada uno dentro de sí puede hacer disminuir la lejanía entre estos mundos. A partir de la mirada de Cristo y del amor del Padre que lo ha enviado a todos sus hijos, podemos redescubrir cercanos a los que sentimos lejanos“.
 
– ¿Es realmente arriesgado este viaje para el Papa Francisco?
 
No para su vida, lo espero. El riesgo positivo que está corriendo Turquía es el de que alguien pueda abrirse al diálogo y a la convivencia, al respeto, y abra la libertad religiosa …
 

– ¿Quién tenía miedo a don Andrea? ¿Quién le temía?
 
Andrea representaba esa dimensión de acogida y de amistad hacia todos: cristianos de distintas confesiones y musulmanes. Su apertura y al mismo tiempo la claridad sobre su identidad de cristiano y de sacerdote hizo quizás temer esa integración entre musulmanes y minorías que los integristas no quieren.

Su fe en Jesús límpida y trasparente, su deseo de ser Jesús – escribía: "Estoy aquí para habitar en medio de esta gente y permitir a Jesús de hacerlo prestándole mi carne" – pudo suscitar rabia y deseo de eliminación.
 
– Cuando él le contaba la experiencia de Turquía, ¿qué decía? ¿Qué palabras recuerda?
 
Recojo las mismas palabras de Andrea que expresan bien su amor por Turquía y sus habitantes musulmanes, nos escribió en una carta: "Vosotros y Turquía: ¿quién me habría dicho hace años que habría unido en mi corazón amores tan distantes? Vosotros y Oriente Medio: ¿quién me habría dicho que habría “llevado en el seno”, como se dice de Rebeca, dos “hijos” que “se dan patadas entre sí” (Gen. 25,22), aun siendo hermanos en el mismo Abraham?”

 
“Una madre sabe que sus hijos no se separan de ella aunque estén separados entre sí. Así me sucede a mí. Advierto en mi motivos para amar a unos y a otros, motivos para tenerlos en el mismo “cáliz” y reunirlos a los pies de la misma cruz. Pero advierto también lejanías entre ellos, aunque sean correctas, pero a veces están camufladas detrás de declaraciones de amistad, de respeto y de colaboración. A veces en cambio hay esfuerzos sinceros hechos por parte de muchos para entenderse, aceptarse, ofrecer cada uno su patrimonio y descubrir el del otro”.
 
– El Centro para el dialogo interreligioso, en memoria de don Andrea, que usted preside, ¿qué objetivos ha logrado hasta ahora?
 
Por desgracia no es posible alcanzar los objetivos que Andrea se había fijado: crear un lugar (una librería) donde hacer vivir la amistad y el respeto, el conocimiento, el intercambio….

Por tanto, por el momento, a la espera de tiempos mejores, el objetivo principal es tener viva la memoria de Andrea con todo lo que esto significa: conocer su pensamiento y su espiritualidad y vivir tanto en Italia como en los viajes Turquía  la amistad entre nosotros cristianos y musulmanes, colaborando también con personas y organizaciones musulmanas que trabajan por el diálogo educando también en él a los jóvenes”.
 

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