El pasado sábado pude participar en una jornada de formación organizada por la Diócesis de Alicante en torno a la evangelización en la red. Pude constatar, una vez más, que hay mucha gente "haciendo lío" en internet para intentar llevar a Crsito también a facebook, twitter, instagram y demás lugares habitados de este sexto continente. Pude, también, compartir mesa redonda con personas embarcadas de lleno en esta misión, apasionante y sorprendente, que, con su estilo y carisma, están y proponen nuevos lenguajes, nuevas maneras, nuevos medios, para presentar la Buena Noticia de Jesús.
Los miedos, las reticencias, las precauciones, también siguen ahí. Somos la generación que se enfrenta a un reto no conocido antes. De nuestro trabajo, de nuestros errores, de nuestras acciones, iremos todos aprendiendo para dar mejor respuesta a la sed del mundo. No hay fórmulas, no hay secretos y, por ahora, lo que empieza a haber son intuiciones y, algunas de ellas, cada vez con más cuerpo y entidad.
Uno de los aspectos más relevantes para la Iglesia que pueden aportar la red y las nuevas tecnologías es la COMUNIÓN. Sin darnos cuenta y sin pretenderlo, mientras hablamos de otras muchas cosas, descubrimos cómo en torno a la red, y por su causa, muchos estamos creando un "cuerpo" visible, abierto al diálogo, vestido con los tiempos, creativo y fuerte. Este es un cuerpo que nos reúne en torno a la mesa a personas del Opus Dei, de los Salesianos, del Camino Neocatecumenal, de los Escolapios, sacerdotes diocesanos, Legionarios, Marianistas, Claretianos, Jesuitas, obispos, delegados, grandes plataformas como Aleteia, medios de información católicos, religiosas, laicos, casados, solteros, jóvenes, adultos… La riqueza es enorme y sería una tragedia desperdiciar esta oportunidad que la red y el Espíritu nos están propiciando.
Todos nosotros tenemos una gran responsabilidad hoy: responder o no a esta llamada a la comunión, siempre presente pero actualmente renovada con especial énfasis. Carismas que nos hemos distanciado por otras razones, cada uno unido a la Vid de una manera concreta, con nuestros recelos, con nuestras suspicacias, con nuestras diferencias pero también con nuestros dones y con lo más fuerte, Cristo que nos une a todos, debemos aunar esfuerzos y energías para que esta misión sea más fructífera y más verdadera. Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Y Él nos quiere juntos, a su aldededor. ¿Por qué no darnos la mano con firmeza y seguir dando pasos hacia adelante?
Ahí queda.
@scasanovam