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¿Conoces la obra filosófica de Edith Stein?

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Centro de Estudios Raffaella Cimatti - publicado el 29/10/14
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Un interesante libro se acaba de publicar en Argentina sobre el pensamiento de la santa
La biografía de Edith Stein cautiva por la plenitud de vida alcanzada desde sus creencias y convicciones personales. Descendiente de una familia judía practicante, estudiante de filosofía, profesora, conversa al catolicismo, monja carmelita, mártir de la fe, santa. Sus escritos reflejan esas etapas: filosóficos, teológicos, místicos. Sin embargo, la faceta filosófica de Edith es la menos difundida y es la que se intenta destacar en la obra recientemente publicada por Editorial Dunken “La Filosofía desde sus silencios. Mujeres filósofas” de Miriam Dolly Arancibia[1].

El libro se propone rescatar la mirada de mujeres filósofas silenciadas a lo largo de la historia. Se busca reflexionar sobre los principales acontecimientos que señalaron la trayectoria del pensamiento filosófico occidental, tomando como punto de partida a las mujeres filósofas en su contexto histórico.

No es un libro sobre biografías femeninas, ni pretende limitarse al esquema de pensamiento de cada una de aquellas filósofas excluyendo a los varones. Se busca repensar las mismas cuestiones que aparecen con frecuencia en un estudio introductorio a la filosofía social pero desde un enfoque epistemológico diferente.

Edith Stein nació el 12 de octubre de 1891 en Breslau, Alemania (hoy Wrocław, Polonia). Hija de Siegfried y Agustina, comerciantes hebreos. Entre 1913 y 1916 siguió los cursos de Husserl en la Universidad de Gotinga. En 1916 fue asistente voluntaria de Husserl en la Universidad de Friburgo donde también defendió su tesis doctoral con el tema: El problema de la empatía.

Entre 1917 y 1922 continuó con sus investigaciones filosóficas y publicó Psicología y ciencia del espíritu. Contribuciones para una fundación filosófica. En ese mismo año de 1922 recibió el bautismo en la Iglesia Católica.

Entre 1922 y 1930 enseñó en el Instituto Santa Magdalena de las dominicas de Espira y desarrolló una intensa actividad como conferenciante en Alemania y en otros países[2].

Nunca pudo ejercer la docencia universitaria, fue excluida de la misma por su condición de mujer.

En una oportunidad Husserl escribió una recomendación donde manifestaba las cualidades intelectuales de Edith:

“La doctora Stein, quien fue mi alumna durante varios años en las Universidades de Gotinga y de Friburgo, se recibió de Doctora en Filosofía “Summa cum laude” en Friburgo, durante el semestre del verano de 1916. Escribió una tesis excelente sobre la empatía que desde su aparición ha despertado el interés unánime de los expertos. Luego fue mi asistente durante más de dieciocho meses. Su colaboración ha sido muy valiosa para la preparación de mis manuscritos antes de la publicación y también para mis trabajos de profesor en la universidad. Con este fin ha dado lecciones de filosofía que fueron seguidas no sólo por debutantes sino también por los estudiantes más avanzados. Los resultados obtenidos por mis alumnos, tanto como sus testimonios personales, son la prueba de la excelencia de esta colaboración. La doctora Stein ha adquirido un conocimiento filosófico extenso y profundo, y está incontestablemente calificada para las investigaciones y la enseñanza filosóficas independientes. Si las mujeres fueran admitidas en la universidad, recomendaría calurosamente su admisión en las primeras plazas”[3].

A pesar de estas apreciaciones tan positivas de un eminente filósofo de su tiempo, Edith fue rechazada para ejercer la docencia en cátedras universitarias. En una carta dirigida a Fritz Kaufmann el 8 de Noviembre de 1919, le escribe sobre su estado de ánimo frente al rechazo de su habilitación en la Universidad de Gotinga:

“Gotinga, Noviembre 8, 1919

Querido Herr Kaufmann:

…. Gracias por su carta. Realmente desde hace mucho que quiero escribir para decirle que lo que era imposible según mi convicción se hizo posible. Por estos diez días, a causa del rechazo, estuve como en blanco y negro, al documento lo tenía archivado, cerrando el asunto (la aplicación), no fue aceptado por la facultad sino que fue rechazado.

Recibí la carta de manos de Hermann, el jefe de departamento, como modificación oficial, la pre-comisión había decidido no aceptar mi tesis de habilitación pues las mujeres creaban muchas dificultades”[4].

En 1925 publicó Una investigación sobre el Estado.

Además de los escritos, Edith transmitió su pensamiento filosófico en su correspondencia epistolar con otro filósofo polaco, Roman Ingarden.

El cambio epistolar es un género literario que adquiere una creciente relevancia en la actualidad. Sostiene Ales Bello que cuando éste implica dos personalidades como la de Edith Stein y la de Roman Ingarden puede convertirse en un verdadero tratado de filosofía[5].

Se descubre así la posición filosófica de Edith Stein concerniente a la discusión con Husserl sobre cuestión del idealismo- realismo, y de Roman Ingarden referido a la relación existente en el interior de la conciencia entre el acto de percibir y la cosa en cuanto percibida.

Durante el tiempo de la correspondencia encontrada, Edith y Roman se encuentran en un momento de formación filosófica y orientación en la vida práctica, familiar y laboral. Sus caminos divergen. Roman está elaborando sus primeras obras sobre el tema de la realidad y el conocimiento, publicadas en 1929 en el volumen conmemorativo por los sesenta años de Husserl. Entre ellas se destacan, Sobre el peligro de una petición de principio en la teoría del conocimiento, 1911; Sobre la posición en la teoría del conocimiento en el sistema de la filosofía, 1925; Observaciones sobre el problema “idealismo- realismo”, 1929[6].

Su carrera también fue difícil pero finalmente encontró un puesto y continuó con su producción filosófica hasta su muerte, acaecida en Cracovia en 1970.

Desde la elaboración y defensa de su tesis doctoral hasta el año 1925, Edith Stein sigue los pasos de su maestro Husserl. En las primeras obras de  Edith se observa una profunda asimilación del método fenomenológico aunque imprimiéndole una original aplicación a la dimensión de los actos del sujeto humano[7].

En su tesis Edith analiza la empatía, la cual consiste en que un ser advierte inmediatamente la presencia de otro ser humano, reconociéndolo intuitivamente como un alter ego. De allí extrae importantes conclusiones sobre las relaciones intersubjetivas coincidentes con los resultados obtenidos por Husserl en el segundo volumen de su obra Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, referidos a la presencia en la constitución del ser humano de la corporeidad, del psiquismo y del espíritu. La existencia de estas dimensiones puede confirmarse a través del conocimiento del otro, el cual pasa por la sensibilidad y continúa a las conexiones psíquicas y a las motivaciones espirituales. .

Estos dos últimos aspectos son los que Edith considera menos estudiados por ello sintió la necesidad de continuar con el análisis de los mismos. Eran temas con lo que estaba familiarizada, cuando comenzó a estudiar en Breslau se sentía inclinada por la Psicología. Había encontrado un método idóneo para la investigación de la estructura constitutiva del ser humano, así como Husserl lo aplicaba a la estructura de la subjetividad.

Por consejo de su maestro, lleva adelante su investigación confrontándola con los filósofos y psicólogos de su tiempo, tales como Bergson, Lipps, Wundt, Rickert. También se dirige a fenomenólogos de la talla de Scheler, Reinach y su querida amiga Conrad- Martius.

Su preocupación se centra no sólo en la estructura del sujeto sino también en la relación intersubjetiva. El camino seguido por Stein la lleva desde el análisis del viviente relativo al conocimiento del otro, a la constitución del ser humano como ser psíquico y espiritual. Por otra parte, la dimensión intersubjetiva es examinada en referencia al sujeto pero desde una perspectiva objetiva, como las formas asociativas humanas, cuya comunidad es la sociedad, hasta el momento culminante de la asociación misma, representada en el Estado.

Entre 1929 y 1931 tradujo las Questiones Disputatae de Veritate y publicó el ensayo La fenomenología de Husserl y la filosofía de santo Tomás de Aquino, presumiblemente en esos años terminó también la elaboración de Introducción a la Filosofía.

En 1932 enseñó en el Instituto alemán de ciencias pedagógicas de Münster. Escribió numerosos ensayos,actualmente recogidos en los volúmenes V y VI de sus Obras.

En 1933 se le prohibió continuar su actividad docente por sus orígenes hebreos. Ese año entró al convento carmelita de Colonia, Alemania.

Como filósofa, se encontraba frente a dos mundos que debía someter a discusión, su formación inicial fenomenológica y el tomismo que descubría. Escribe entonces La fenomenología de Husserl y la filosofía de Santo Tomás, siendo todas éstas antecedentes para llegar a su obra filosófica cumbre, Ser Finito y Ser Eterno[8].

De la correspondencia epistolar se desprende la amistad que fluía entre Edith y Roman Ingarden, crecía con el tiempo y los unía la pasión intelectual por los quehaceres filosóficos. Las breves noticias personales iban acompañadas frecuentemente del intercambio de ideas sobre escritos fenomenológicos. Ambos tomaron distintos caminos en su vida personal. Él se casó mientras ella profesaba su fe al punto de consagrarse como monja carmelita.

Las cartas a Roman Ingarden conservadas llegan hasta poco después del momento en que Edith toma sus votos definitivos. En una carta fechada el 5-5-1934 expresa con gozo: “Han transcurrido ya tres semanas desde que ha sonado la campana de muerte para Edith Stein. En su lugar está ahora Sor Teresa Benedicta de la Cruz”[9]. El nombre de Teresa lo tomó en homenaje a Teresa de Jesús cuya lectura la movió a la conversión.

De 1938 a 1942 Edith es trasladada al convento de Echt en Holanda a fin de huir del hostigamiento nazi. Allí la situación era diferente en principio. El obispo recurrió a medidas extremas para salvar a la mayor cantidad de gente, convirtiendo a muchos. Fue interpretado como un desafío por los nazis que comenzaron a tomar prisioneros a los judíos conversos.

Del tiempo transcurrido en los campos de exterminio se conservan los testimonios de quienes tuvieron la oportunidad de conocerla.

El 9 de Agosto de 1942 fue asesinada en el campo de concentración de Auschwitz II- Birkenau.

El 1 de Mayo fue beatificada en Colonia como mártir de la fe.

El 11 de Octubre de 1998 fue canonizada por Juan Pablo II.
 

 


[2] Ver : Ferrer Santos, Urbano, Edith Stein, en Fernández Labastida, Francisco – Mercado, Juan Andrés (editores), Philosophica: Enciclopedia filosófica on line, URL:
http://www.philosophica.info/archivo/2011/voces/stein/Stein.html
[3] GRAEFF, H., « Le philosophe et la Croix, Edith Stein », cit. en : LAMOUREUX, F., Edith Stein. « Une quête philosophique au risqué de la Croix ». 1891-1942,
Revista Nova et Vetera, 2002/2, p. 33. Trad. Propia.
[4] STEIN, E.,
Self-portrait in letters. 1916-1942, translated by Josephine Koeppel. O.C.D., ICS Publications. Institute of Carmelite Studies, Washington, 1993, p. 31. Trad. Propia.
[5] STEIN, E.,
Lettere a Roman Ingarden.
1917-1938, Presentazione di Angela Ales Bello, Libreria editrice vaticana, Città del Vaticano, 2001, p. 5.
[6]
Ibid., p. 12.
[7] STEIN, E.,
Psicologia e scienze dello spirito. Contributi per una fondazione filosofica. Presentazione di Angela Ales Bello, Roma, Città Nuova, 1999, p. 5.
[8] Ver: Mac INTYRE, A.,
Edith Stein. Un prólogo filosófico, 1913-1922, Nuevo Inicio, Granada, 2008.
[9]
Ibid., p. 160.

Por Miriam Dolly Arancibia, directora del Centro de Estudios Raffaela Climati

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