Acaso por necesidad o tal vez por gratitud la palabra ‘mamá’ es de las primeras que aprendemos a decir
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“‘Padre, ¿me bendice la panza?’: Muchas veces me piden la oración de una manera que me suena como una dulce exigencia. Cierro los ojos y vuelven a mi recuerdo tantas escenas semejantes. Las dos manos de la mamá, derecha e izquierda, con las palmas hacia adentro, casi como midiendo el largo del bebé, que por lo general ya tiene nombre”, memoró con afecto el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano.
“Esa vida que crece y palpita con su propio corazón durante 9 meses en tu vientre. Una vida que siente y goza, o sufre. Esos meses de gestación son más que intercambios de alimentos. Hay sentimientos, música, cariño, voces que se van reconociendo familiares”, subrayó en su columna semanal.
El prelado destacó que también “es un tiempo de oración y de comunicación de la fe. Cuando la mujer embarazada reza, su niño también se acerca a Dios. Con cada bendición se va disponiendo al momento del parto y del bautismo que lo hará hijo de Dios” y valoró que en “muchas comunidades se fue extendiendo la hermosa propuesta de bendición de embarazadas el 25 de cada mes (impulsado por Grávida) o el día 15 (promovido por la Liga de Madres). Un rito que acompaña desde la oración comunitaria el crecimiento de la vida”.
“De estos 9 meses de comunicación surge también un conocimiento profundo. La mamá que dio a luz entiende mejor que nadie el lenguaje no verbal del llanto, la mirada, la sonrisa”, aseguró y agregó: “Y como este intercambio no es solamente químico, se van tendiendo lazos de otro orden: afectivos y espirituales. Por eso en la adopción se complementa con cariño lo que no se dio orgánicamente. Ser mamá del corazón es una vocación con todas las letras”.
En este sentido, consideró que “acaso por necesidad o tal vez por gratitud la palabra ‘mamá’ es de las primeras que aprendemos a decir”.
“El contacto piel a piel, alimentarse del pecho, es experiencia de cobijo, cuidado, ternura. Ese aporte de femineidad en los primeros tiempos de vida son fundamentales para el desarrollo sano psicológico y afectivo. De estas experiencias abreva la Biblia para enseñarnos acerca de Dios”, indicó.
Monseñor Lozano sugirió, además, mirar a María ayudados por las palabras del Papa Francisco en la exhortación “La Alegría del Evangelio”: ‘María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura’ (…) ‘Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno.”
“Bendigamos a todas las mamás y demos gracias a Dios por tanto sacrificio escondido”, concluyó.
Artículo originalmente publicado por AICA