Aleteia logoAleteia logoAleteia
viernes 26 abril |
San Isidoro de Sevilla
Aleteia logo
Puntos de vista
separateurCreated with Sketch.

El miedo de los miedosos

La boa y el elefante - publicado el 08/10/14

No creo que le descubra a nadie la conocida frase del Maestro Yoda en una de las películas de la saga de Star Wars: “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Veo mucho miedo en ti.” Tampoco creo que descubra a nadie el final del Evangelio de San Mateo y la exhortación de Jesús: "No tengáis miedo […] yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo". Lo que parece es que el miedo es algo natural en el hombre pero no parece precisamente algo que ayude.

Yo he sido, y lo sigo siendo, una persona muy miedosa. De pequeño, cuando llovía mucho, tenía miedo de que se inundara mi barrio. Recuerdo una vez que hubo un incendio a dos o tres manzanas de mi casa y yo tenía miedo de que las llamas llegaran también a mi edificio. Si llegaba a casa y mi madre no estaba, tenía miedo de que le hubiera pasado algo. Recuerdo con sufrimiento la Guerra del Golfo y la de la exYugoslavia y mi miedo a que la guerra llegara a nosotros. Miedo a las tormentas, miedo a los terremotos, miedo a… Miedo. El miedo genera demasiado sufrimiento y, pocas veces, me ha servido para prevenirme de nada. Hoy, el foco recae más en mis hijos y mi sufrimiento es consecuencia del miedo a que ellos sufran. Es distinto pero igual de torturador. El Estado Islámico, el ébola, los problemas políticos en España, la crisis… Los miedosos somos carne de cañón en una sociedad que nos educa para tener miedo y que nos roba la esperanza. Yo, ésta última, intento mantenerla a flote.

Pero ¿qué he hecho yo cuando alguno de mis hijos se ha despertado de noche con pesadillas? ¿La respuesta a esta pregunta puede servir para indicarme qué hace Dios cuando mi miedo me desborda? Vamos a verlo. Lo primero que tengo que decir es que, como padre, nunca he dejado a ninguno de mis hijos solo ante sus pesadillas. Siempre he interrumpido mi sueño, me he dejado despertar y levantar a causa de su sufrimiento y he ido a él o ella. Lo segundo que hice siempre fue abrazar y calmar. Un abrazo es la mejor medicina contra el miedo. La caricia de quién te quiere es vacuna, arma, escudo, fuerza. Lo tercero era pedirles que me hablaran, que verbalizaran su miedo, que me lo contaran. Me hablaron de brujas, de monstruos, de ladrones que entraban en casa… Como padre, siempre quise que mis hijos se pusieran de frente a ese miedo, le plantaran cara, empezando por conocerlo y ponerle nombre. Lo cuarto siempre consistió en "hacer ver" que nada de eso podía pasar estando juntos, que no estaban solos, que con papá y con mamá y con los hermanos, en casa, no tenían nada que temer, que muchas de esas pesadillas daban risa… incluso nos reíamos de los monstruos y las brujas y los ladrones… Y lo último era infundirles valor, transmitirles confianza y dejarles de nuevo durmiendo en su cama. Como padre nunca me llevé  auno de mis hijos a mi cama por su miedo. El miedo hay que vencerlo, nunca esconderse.

Si pienso que Dios hace lo mismo conmigo, me quedo mucho más tranquilo. Lo entiendo todo mucho mejor. Y aunque sigo teniendo miedo… sé que Papá está, me quiere y sabe lo que hace conmigo.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.