La Iglesia en Acapulco (México) lanza un ambicioso proyecto de Observatorio Pastoral de la Realidad Social
Acapulco, el puerto turístico del Pacífico más conocido de México, ha venido sufriendo, los últimos cinco años, una escalada de violencia y crimen que lo ha colocado entre las tres ciudades más violentas de América Latina. La Iglesia católica ha sido, también, duramente castigada, al grado tal que se ha tenido que implementar un programa constante de prevención sobre qué hacer cuando, en el interior de un templo, pudiera ocurrir una balacera.
Para transformar, primero es conocer
Ahora, la arquidiócesis de Acapulco, encabezada por monseñor Carlos Garfias Merlos, anunció la creación de un Observatorio Pastoral de la Realidad Social, como una respuesta a la crisis social que se vive en el Estado de Guerrero, donde se encuentra, justamente, Acapulco.
En un comunicado que aparece en el semanario «Mar adentro», de la arquidiócesis de Acapulco, el arzobispo Garfias Merlos señala que “la crisis social que se vive en el país debe abordarse con enfoque de salud pública, lo que implica que todos debemos involucrarnos en su transformación”. Más adelante, monseñor Garfias Merlos advierte que un aspecto importante para hacer un aporte, “es conocer la realidad, lo que supone tener instrumentos confiables para conocerla y analizarla”.
Como una respuesta a éste desafío social la Iglesia católica en Acapulco, ha propuesto la creación del Observatorio Pastoral de la Realidad Social como un proyecto de construcción de paz, diseñado para responder a la realidad de generar acopio de información, efectuar análisis de la realidad y realizar un proceso de sistematización de la misma, que sirva de base para fundamentar la toma de decisiones y la planificación pastoral.
“Queremos conocer la realidad social, apunta monseñor Garfias Merlos, hechos de violencia, acontecimientos relevantes, acciones encaminadas a construir la paz e identificar tendencias y comportamientos de la sociedad”. Para la arquidiócesis que encabeza la propuesta consiste en articular una red de agentes de pastoral, distribuidos estratégicamente por las tres regiones pastorales de la Arquidiócesis (Costa Grande. Costa Chica y Acapulco) para que puedan suministrar información.
Capacitar, articular, promover la paz
El Observatorio se encargará de procesar la información y emitir reportes periódicos del comportamiento de la sociedad en la región. Se trata de monitorear la realidad “con enfoque de evangelización; en Cristo, nuestra paz queremos analizar la realidad para evangelizar y así construir la paz”, señala monseñor Garfias Merlos en el anuncio hecho sobre esta nueva posibilidad que se abre en un entorno tan complicado como el de Acapulco.
El proyecto se ha diseñado un plan basado en tres líneas estratégicas fundamentales:
Construcción de capacidades. Consiste en desarrollar un programa de capacitación para adquirir herramientas apropiadas sobre el acopio de la información, el análisis, monitoreo y sistematización de la misma, con enfoque de evangelización.
Vinculación y articulación. Se trata de crear alianzas entre actores de la. Iglesia y de sociedad civil, para analizar, registrar y sistematizar permanentemente la realidad, coordinar respuestas, posicionar en las agendas públicas y privadas el fenómeno de la violencia y crear condiciones favorables para la transformación de la realidad.
Pastoral para la paz. Los agentes de pastoral capacitados, realizan un aporte a la construcción de la paz, mediante un programa de acopio de información, el análisis y sistematización de la misma.
Frutos abundantes de paz
El Observatorio tendrá una red de acopio; un equipo técnico y un consejo que será multidisciplinario y estará integrado por sacerdotes, religiosas y laicos de distintos ámbitos de la sociedad, para efectuar análisis de la información recabada y de temas de coyuntura.
La creación de Observatorio obedece, en primera instancia, a un proceso interno de la arquidiócesis, presentado como un plan de planificación pastoral y cuando se requiera podrá ser compartida a otras instancias que la necesiten. También, en segunda instancia, para buscar transformaciones.
“Al conocer la realidad de su comunidad, la sociedad se hace responsable y es capaz de generar transformaciones sociales con proyección eclesial y a la sociedad”, termina diciendo monseñor Garfías Merlos quien dijo esperar que este instrumento “sea de mucho impulso para la pastoral y logre abundares frutos de evangelización y construcción de paz”.
(Con información de El Observador Online)