El nuevo estadio del club de sus amores, San Lorenzo de Almagro, se llamará Papa Francisco.
Que el ansiado regreso de San Lorenzo de Almagro al barrio de Boedo se iba a concretar en algún momento, era algo esperado. Supuso el titánico esfuerzo de miles de socios y simpatizantes, sí, pero era un escenario que tan corajuda afición estaba en condiciones de lograr. Lo que nadie podía imaginar dos años atrás, nadie, es que el nuevo estadio, que será emplazado donde otrora se lucía el histórico Gasómetro, iba a llevar el nombre de un Papa. Es que la Comisión Directiva del club decidió que el futuro estadio lleve el nombre de su hincha, como se le dice a los aficionados en la Argentina, más ilustre.
Un tuit alcanzó para imponer una marca que acompañará la historia del deporte más popular del mundo. “San Lorenzo hará de local en el Papa Francisco, en Boedo, Argentina”. El Papa Francisco, el estadio, será construido en un terreno que fue recuperado gracias a la contribución de miles de socios que compraron simbólicamente metros cuadrados, necesarios para indemnizar a la cadena de supermercados propietaria del terreno. Y gracias a la hábil gestión de la actual Comisión Directiva, que concretó en la legislatura de Buenos Aires los pasos necesarios para que esto sea posible. El club había tenido perdido el terreno, con el luego desmantelado viejo gasómetro, para intentar superar una asfixiante situación económica a finales de los 70.
La herida por dejar ese predio quedó siempre abierta. Entre las múltiples historias que allí quedaban, estaba la de la familia Bergoglio. Mario José jugaba allí al básquet, y acudía a distintas actividades con sus hijos, entre ellos Jorge Mario, luego seminarista, sacerdote y obispo.
Si bien el nombre refiere a Almagro, el barrio en el que estaba ubicado ese predio es Boedo. Sucede que cuando nace San Lorenzo la zona aún no se había constituido en un barrio independiente, que luego terminó siendo Boedo.
El otro sacerdote importante en la historia del Club
San Lorenzo fue fundado a principios de siglo XX por el sacerdote salesiano Lorenzo Massa. Massa no fue canonizado, ni el nombre refiere a él, pese a que algunos en su momento hubiesen querido honrarlo de esa manera. Se trata de un recuerdo tanto al mártir San Lorenzo como a la localidad argentina en la que tuvo lugar el bautismo de fuego del general José de San Martín, Libertador de América. Pero la relación de este club con la fe, cuyos primeros encuentros fueron en el oratorio de San Antonio cedido por el padre Massa, no se acaba aquí.
En 1995, San Lorenzo acarreaba más de 20 años sin campeonatos. Algunos osaban en sorna el no considerarle más uno de los grandes equipos de la Argentina. Al lograr el campeonato local, más de diez mil hinchas peregrinaron a Luján para cumplir una promesa y agradecerle a la patrona de la Argentina por el triunfo. Encabezó esa peregrinación el animador televisivo Marcelo Tinelli, hoy vicepresidente de la institución.
Ya por entonces había regresado definitivamente a Buenos Aires un sacerdote, en ese momento obispo auxiliar de Buenos Aires, que no ocultaba su afición por San Lorenzo. En 2008, el ya Arzobispo de Buenos Aires y cardenal Jorge Bergoglio visitó el Club para celebrar la Misa por el centenario de San Lorenzo y fue nombrado Socio Honorario. Es curioso que haya aceptado ese reconocimiento, ya que ya entonces rehusaba reconocimientos de este tipo.
En 2011, volvió al Club para la primera Misa celebrada en la recientemente construida capilla “Padre Lorenzo Massa”, y presidió una Eucaristía en la que 11 niños recibieron su primera Comunión, y 8 jóvenes la Confirmación. Ese día, el club había decidido celebrar por primera vez las Fiestas Patronales, en honor a María Auxiliadora. Del manto de María Auxiliadora el padre Massa había elegido los colores azul y granate de la actual camiseta del Club.
“No importamos los colores de otro lado, se los pedimos a la Virgen”, expresó en aquella ocasión el cardenal Bergoglio, y pidió: “Nunca saquen a María Auxiliadora del club porque es su madre, ya que San Lorenzo nació en (el Oratorio) San Antonio bajo la protección de la Virgen”. Ese día, Bergoglio, de bebé bautizado en la Basílica de María Auxiliadora y San Carlos, recordó como había hecho ya en 2008 y en otros diálogos que no se perdía ningún encuentro de la histórica campaña del 46, cuando tenía 10 años.
El impacto de la elección del Papa
Cuando en una de sus primeros diálogos con los fieles recién asumido Papa, Francisco pidió “y que gane San Lorenzo”, se comenzó a dimensionar el impacto para la imagen pública del Club que había tenido su designación. En pocos días, la institución sumó 500 socios nuevos. Así sea por el poder de la oración, por el impacto de su figura, o por ninguna de las dos, a los meses, consiguió la habilitación para regresar al histórico predio de Boedo, en diciembre de 2013 logró el campeonato local, y recientemente, el trofeo más importante del deporte americano y que hasta entonces le era esquivo: la Copa Libertadores.
Cuentan algunos que hablan periódicamente con él, que las chicanas sobre los resultados de su san Lorenzo son una permanente en los diálogos telefónicos con el Papa. Y si un argentino quiere arrancarle una sonrisa y un saludo en una audiencia, una clave es, sin duda, gritarle algo de su San Lorenzo. Con los dedos alzados señalando cada gol a un simpatizante de Boca, con bromas con el entrenador de otro club, recibiendo a la delegación de San Lorenzo luego tanto del triunfo en el torneo local como en la copa continental, Francisco muestra día a día que el club de sus amores sigue ocupando un lugar en su corazón.
En reconocimiento a esta perenne afición, y cuya propuesta había sido adelantada por Aleteia, (http://www.aleteia.org/es/sociedad/noticias/en-futbol-el-papa-es-campeon-de-america-y-le-llevaran-la-copa-5883792745037824?page=2) San Lorenzo será, cuando termine su nuevo estadio y vuelve a la casa de la que nunca se tendría que haber ido, local en el Estadio Papa Francisco.