Aleteia logoAleteia logoAleteia
viernes 26 abril |
San Isidoro de Sevilla
Aleteia logo
Cultura e Historia
separateurCreated with Sketch.

Graham Greene, el escritor atormentado que al final se dejó tocar por la Gracia

Este artículo está reservado a los miembros de Aleteia Family
Graham Greene

AFP

El escritor inglés Graham Greene, en una sesión de firmas

Ignacio Pérez Tormo - publicado el 11/09/14 - actualizado el 03/04/23

Los planteamientos morales del autor de "El Americano Impasible"

Dicen los fans de Graham Greene, que su filosofía auténtica no se encuentra en sus grandes novelas, sino en los pequeños relatos de espías que escribía para sobrevivir. Es en la edición de bolsillo, donde Greene se hace el encontradizo.

Y nos muestra que, una cosa tan simple como que las personas tienen conciencia moral es obviada por todos los escritores de la Roman Noire, pero para él, es factor diferencial, la marca de la casa. 

Sus personajes matan, dejan pistas de sus crímenes y bailan con la mujer más bella. Pero – y este es el “factor Greene” – también, dudan, sueñan con una vida familiar y, en ocasiones, reconocen haberse equivocado.

¿Qué es la verdad? 

En El americano impasible, Fowler, el alter ego de Greene, arrastra una carga. No cree que haya una verdad de las cosas.

Sin perder de vista su actitud, demos un pequeño salto. Casi veinte siglos. Ese aire que ya conocemos lo encontramos en Poncio Pilatos cuando, al interrogar a Jesús, le pregunta “¿Qué es la Verdad?” y al momento abandona la sala sin interesarse por la respuesta. Lo que implica esa pregunta lo explica con claridad Joseph Ratzinger en Jesús de Nazaret. A esa actitud, los expertos la han venido en llamar relativismo.

El Gobernador romano no reconoce, en Jesús, a un gran Rey. Pero sabe que lo han entregado por envidia. Entonces se plantea el dilema, ¿qué hacer con ese preso? Temeroso de la multitud y ajeno a los consejos de su esposa, la duda se instala en su soledad.

Sin perder el poder y autoridad que su cargo comporta, tiene el triste honor de juzgar a quien nadie osaría. Al mismo Creador. Al Autor de su propia vida.

¿Nadie?

Es la misma disposición de ánimo que subyace en la pregunta que hace Fowler en la novela: ¿Porqué Dios permite ciertas cosas en el mundo, como el hambre o la guerra?  Esa pregunta se oye a menudo en la vida real y en los medios. 

¿Por qué permite Dios el mal en el mundo? 

Una simple pregunta, sin más, parece algo completamente inocente. Incluso en ocasiones, es el camino más corto para llegar a un lugar- siempre que se sepa entender. Pero  es habitual que esta pregunta en concreto se presente como antesala del relativismo.

“Qué extraño – piensa Fowler- que la población que Dios tiene en su reino sea tan pobre, asustada, helada, muerta de hambre («No sé cómo vamos a hacer para alimentar a toda esta gente», me decía el cura); uno esperaría algo mejor de tan gran Rey”.

Esa posición relativista, según los filósofos, tampoco tiene entidad propia. No existe entre las cosas creadas. Pero es un juego con truco. A juzgar por lo que nos enseña  el caso de Pilatos y los últimos años de Greene, la trampa radica en que los relativistas han de pagar un alto precio. Al relativismo, le sigue la soledad. 

Si el lector ha acudido a una celebración cristiana, sabe que en el Credo aparece Pilatos. Pero sigue estando muy solo ¿Te imaginas, lector, a Poncio Pilatos acompañado de sus cómplices y aduladores en esa oración?, ¿o a nuestro autor, Greene, de buen humor? De hecho, el Sacramento de la Reconciliación tampoco es bueno para el presuntuoso juicio de Fowler. 

“Exhibir el alma ante otra persona. Tiene que disculparme, padre, pero a mí me parece una cosa morbosa, hasta inhumana”.

Es importante quién gobierna

El “yo” va cobrando importancia en Fowler. Se convierte en el nuevo legislador. Es decir, el centro de gravedad se desplaza de Dios al personaje. Y con esto, lo que se consideraba arbitrario en el orden de la Naturaleza, ahora pasa a ser Ley. Así, Greene tomará como juicio de su conciencia, lo que se ajusta a la realidad de sus sentimientos. Por ejemplo, la simpatía por la víctima, las náuseas, o la aceleración del corazón en un vuelo picado.

Así lo expresa en un pasaje en que una población es bombardeada. Mueren miles de personas y cientos, huyen aterrorizadas. Un soldado, con un rifle, apunta la espalda de un niño. Un tiro certero vuelca al pequeño. Miles de muertos, más uno (un niño, un disparo a quemarropa), para Greene es solamente este “uno” la víctima de acto moral.

Había habido algo tan escandaloso en esa elección repentina y fortuita de una víctima“.  Es importante la reflexión de Fowler, pero …

Lo más importante es quién dice la última palabra

Para finalizar este artículo, debemos recordar que a los cristianos se nos ha ordenado enterrar a los muertos. No se trata de la “inhumación”, sino algo más completo y compasivo. Por ello, quiero decir una evidencia. El americano impasible no fue la última palabra de Greene.

Al final de su vida, enloquecido por el uso de drogas, vivía solo, sin vida social, en una casa junto a un lago en Suiza. Una tarde sonó el timbre de la puerta. Tambaleándose por el pasillo, consiguió abrirla. Delante tenía un hombre con aspecto de sacerdote católico. Este le explicó que en la Universidad había estudiado a Graham Greene y que, por casualidad, le acababan de informar que vivía en aquella casa.

En realidad, era el nuevo rector en la parroquia católica, y le insinuó que sólo quería visitarle para hablar de Literatura. Este encuentro, documentado en los diarios, llevó a la confidencia y, de ahí, al hablar despacio … y lo dejamos en el susurro de la Gracia. 

Este artículo está reservado a los miembros de Aleteia Family

¿Ya eres miembro?

¡Gratis! - Sin ningún compromiso
Puedes cancelar en cualquier momento

Descubre los beneficios:

Aucun engagement : vous pouvez résilier à tout moment

1.

Acceso ilimitado a todo el nuevo contenido de Aleteia Family

2.

Publicidad limitada

3.

Acceso exclusivo a publicar comentarios

Apoya a medios que promueven los valores católicos
Apoya a medios que promueven los valores católicos

Tags:
conversionestados unidosliteratura
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.