Las elecciones de autoridades municipales y regionales ha motivado un pronunciamiento de los obispos
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Estamos a menos de un mes para un nuevo proceso de elecciones en el Perú, razón por lo cual los carbones empiezan a volverse brasas… Quienes observaban desde el balcón han decidido bajar a las calles, plazas y medios de comunicación para ganar terreno, sea porque lo han perdido o para arrebatar aquel bolsón electoral que el rival más cercano está descuidando.
En efecto, el 5 de octubre los peruanos elegirán a sus autoridades regionales y municipales, en ambos casos con sus concejos –oficialistas o de oposición–, con quienes tendrán que gobernar la región o el municipio distrital o provincial.
La obligación es primero
Los electores en el país tienen la obligación de acudir a las urnas para decidir quién es el mejor vecino o el más destacado político que tiene la región, a fin de que asuma sus funciones el 1 de enero de 2015. Como no hay otra opción, son 21 millones 300,000 electores con domicilio dentro de la República, quienes darán un nuevo mandato a las autoridades de 25 gobiernos regionales, 195 concejos provinciales y 1,647 concejos distritales, según cifras del Jurado Nacional de Elecciones.
En las ciudades principales como Lima, el debate se centra en la mejora del transporte público, la seguridad ciudadana y una mejor planificación para una ciudad de 8’700,000 habitantes que tiene proyectado crecer hacia arriba y a los lados, dejándose llevar por el aún boyante boom constructor e inmobiliario.
Otro municipios de las zonas circundantes de Lima y también de la sierra y selva del país deben resolver problemas también urgentes como el abastecimiento sostenido del agua potable, la mejora de los cascos urbanos y una mayor conectividad entre productores y consumidores, solo por citar algunos desafíos-promesas electorales.
Un llamado a la responsabilidad
En este contexto, días atrás los Obispos del Perú se pronunciaron por unanimidad al terminar su Asamblea de medio año, llamando la atención en temas más de fondo del proceso electoral, tal como “el contexto social con graves signos de corrupción”, como reza el Comunicado.
También les preocupa “el intento de sectores vinculados al narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, la trata de personas y otras actividades ilegales”, que según los altos prelados quieren colocar “a gente muy ligada a ellos como autoridades locales, provinciales y regionales”.
El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Salvador Piñeiro, explicó a Aleteia que el enfrentamiento verbal es notorio, en contraposición al intercambio de ideas y propuestas, lo que deja constancia de la falta de partidos políticos sólidos y las pocas exigencias que estos sienten por parte de la ciudadanía.
“Llama la atención que hayan cerca de 100,000 candidatos para tan solo 12,000 cargos…”, advirtió el también arzobispo de Ayacucho, quien dejó entrever si la verdadera razón de los políticos es servir o no…
“Que se trabaje mucho por las necesidades de salud y educación de la población”, añadió, advirtiendo que “no basta mejorar el ornato o velar por la seguridad, sino no se promueve una verdadera solidaridad a partir de las obras a realizarse”.
El comunicado de los Obispos del Perú ante el próximo proceso electoral puede leerse aquí