Los salesianos trabajan duro por ayudar a los menores migrantes en la frontera
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La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos informó el día de ayer que detuvo a poco más de 66 mil niños migrantes que viajan solos a lo largo de la frontera con México, de octubre de 2013 a agosto de 2014; es decir, 88 por ciento más que durante todo el año de 2013.
Menores de origen centroamericanos que tratan de alcanzar el sueño de vivir alejados de la pobreza y la violencia han tratado, por oleadas, de alcanzar el “sueño americano” que, en muchos casos, solamente consiste en reunirse con sus seres queridos.
En esta frontera de caos y de crisis humanitaria, los misioneros salesianos en la zona trabajan para que estos menores puedan encontrar un futuro en sus propios países. Son una luz en medio de la oscuridad y de la desgracia, asistiendo a los migrantes y dándoles lo que los empujó a salir de su patria: solidaridad.
Una dura realidad
Asesinatos, maras, pobreza… es la realidad que viven miles de niños en países del triángulo del norte de Centroamérica, es decir, Honduras, El Salvador y Guatemala y lo que les hace pensar en comenzar un peligroso viaje hacia una tierra prometida, como Estados Unidos.
Sin embargo, allí tampoco encuentran seguridad ni una vida mejor. Decenas de miles de niños que migran a Estados Unidos siguen viviendo entre la pobreza y la violencia. “Nosotros (los salesianos) les damos un hogar, una escuela y un lugar donde puedan sentirse seguros. Nuestro objetivo es poder atender sus necesidades básicas”, explica el cardenal salesiano, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa.
En las ciudades fronterizas de México donde los misioneros salesianos tienen presencia como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Nogales o Nuevo Laredo, los menores migrantes encuentran atención. Primero, los misioneros les ofrecen un lugar de acogida, comida, acceso a la salud, cercanía, agua limpia, ropa…
“Encuentran un espacio donde los niños sienten que son queridos y respetados”, explican los misioneros. Después, se les ofrece un patio en el que jugar y expandirse. Más tarde, llega la educación y la formación profesional para preparar a los jóvenes y que puedan tener una salida más allá de la violencia.
A la vez, los misioneros salesianos en El Salvador, Guatemala y Honduras trabajan en proyectos de educación y formación profesional para que los niños, niñas y jóvenes puedan mirar al futuro con esperanza sin poner en riesgo su vida.
“Creemos que la educación y la formación de los niños, niñas y jóvenes es la manera de que puedan romper con el círculo de la pobreza y de que las comunidades se desarrollen”, explica Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.
Cifras de escándalo
La apuesta de los salesianos en la frontera tiene un escenario muy complicado. Los niños que viajan solos no están viajando con una idea preconcebida de a dónde o cómo llegar a la frontera. Muchas veces son engañados por los tratantes de personas, lo mismo que sus familias.
Más de 50 mil de los menores detenidos este año son originarios de El Salvador, Guatemala y Honduras, y casi el total de los 16 mil restantes son de México. Las cifras están actualizadas hasta el pasado 31 de agosto, un mes antes de concluir el año fiscal 2014. Funcionarios migratorios y legisladores federales habían advertido que hasta 90 mil menores de edad podían ser detenidos tras cruzar la frontera durante el año fiscal 2014.
Sin embargo, el pronóstico no se cumplirá ya que para alcanzar esa cifra, en septiembre tendrían que ser detenidos unos 25 mil menores, lo que representaría un incremento sustancial en comparación con el tráfico normal mensual registrado hasta ahora.
La Patrulla Fronteriza informó también que otros 66 mil 142 adultos y niños, que viajan como familia, fueron aprehendidos entre octubre y agosto pasado a lo largo de la frontera suroeste, un 412 por ciento de aumento respecto al año pasado. Casi 60 mil de las personas detenidas como miembros de una familia, provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala.
