Sólo de mayo a fines de agosto de 2014, en Tamaulipas han sido rescatados 700 migrantes que se encontraban secuestrados
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Los migrantes en tránsito desde Centroamérica hacia Estados Unidos han encontrado en México un ambiente hostil y, en muchas ocasiones, como en la matanza de San Fernando (Tamaulipas) de hace cinco años, la violencia y el secuestro se ha vuelto una constante en su peregrinar.
El Estado fronterizo de Tamaulipas (frontera con Texas), se ha convertido en la entidad con mayor número de casos documentados de secuestros a migrantes. Sólo de mayo a fines de agosto de 2014, en Tamaulipas han sido rescatados 700 migrantes que se encontraban secuestrados, según informó el coordinador federal de seguridad de la zona costa, Fernando Castañón.
El funcionario público, designado por el gobierno federal para combatir el crimen en esa zona del noreste del país dijo fue en ese mes de mayo, justamente, cuando se implementó la nueva estrategia de seguridad en la entidad, misma que ya comienza a rendir frutos positivos en lo que respecta a la liberación de migrantes tomados como rehenes para extorsionarlos, esclavizarlos o usarlos como carne de cañón por los grupos delincuenciales que se disputan el tráfico de droga en la zona.
El coordinador de seguridad de la región costa del Golfo de México también refirió que anteriormente los llamados “polleros” se encargaban de convencer a los migrantes para trasladarlos ilegalmente a Estados Unidos, sin embargo, dijo, “ahora esta situación cambió y estas personas son secuestradas”.
Apenas en junio pasado, la Caravana Migrante por el Diálogo denunció el secuestro de Paola y Jorge, migrantes con documentos irregulares originarios de Honduras, sustraídos por un grupo criminal cerca de Reynosa, Tamaulipas. Los secuestradores pedían dos mil dólares para dejarlos libres.
El último reporte del secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señala que el 60 por ciento de las víctimas de secuestro en México se concentraron en Tamaulipas tan sólo en julio, lo que refleja que ese delito se triplicó en la entidad, ya que por primera vez se contó con un registro de 121 víctimas en un Estado.
En Tamaulipas había un promedio diario de 1.4 secuestros y la cifra se incrementó a 3.9 secuestros por día. Por ejemplo, en mayo y junio se reportaron respectivamente 30 y 42 víctimas de secuestro.
En el caso de averiguaciones previas abiertas en materia de secuestro durante los primeros siete meses de este año, Tamaulipas también presenta un incremento del 38 por ciento respecto al mismo periodo pero del 2013, según reportan medios digitales de la entidad, mismos que se han convertido en verdaderos observatorios ciudadanos del secuestro y de la violencia ejercidos contra la población civil y los migrantes.
En la Caravana de los migrantes se denunció, con claridad, que la mayor parte de las veces, los hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y muchos otros que intentan llegar a la frontera, son extorsionados, secuestrados y vejados por los delincuentes en connivencia con las propias autoridades municipales, estatales o federales.
Muchos de los casos de trata de personas y de explotación sexual o laboral proceden, justamente, de esta captura de seres humanos indefensos hacen los delincuentes. Hasta el momento –han dicho las organizaciones pro-migrantes en el país, especialmente las ligadas a la Iglesia católica mexicana—la única que tiene voz en este crimen de lesa humanidad es la impunidad.