El Barrio Papa Francisco de Villa Lugano, en Buenos Aires, fue demolido el fin de semana pasado
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El Papa lloró al enterarse del desalojo y de las condiciones de vulnerabilidad con las que vivían las familias del asentamiento "Barrio Papa Francisco", en Villa Lugano, que fue demolido durante el fin de semana. El Pontífice manifestó sus sensaciones a su amigo íntimo, el legislador porteño Gustavo Vera, a través de un correo electrónico.
El diputado del bloque Verde-La Alameda le había enviado al Papa un mensaje para darle detalles de las condiciones sociales en que vivían las familias que ocuparon los terrenos de avenida Francisco de la Cruz y Pola, y del operativo que llevó a cabo la Policía Metropolitana con apoyo de Gendarmería Nacional.
"Acabo de leer tu correo. Tu frase final logró sintetizar mis sentimientos: ‘Parecía Gaza’… y me puse a llorar", sostuvo el Papa, según Vera. El legislador, titular de una entidad que lucha contra la trata de personas, el trabajo clandestino y las mafias, reprodujo la respuesta del Pontífice junto con la imagen de las familias sacando una figura de la Virgen de Luján del predio desalojado este fin de semana por las fuerzas de seguridad.
El texto del mensaje remitido por el Papa es el siguiente: "Querido hermano: Acabo de leer tu correo. Tu frase final logró sintetizar mis sentimientos: ‘Parecía Gaza’… y me puse a llorar. No entiendo nada. A esa gente, a esas mamás con chicos, los acaricio con mis lágrimas. Cuando regresaba de Corea, en el avión, hablé de crueldad. Parece que la crueldad se nos instaló en el corazón. Una crueldad vestida con tantos ropajes: ‘Qué me importa’, ‘que vayan a trabajar’, ‘es gente insociable’… palabras que no justifican sino que manifiestan tanta crueldad".
En el mensaje también se lee: "Estoy cerca de esa gente. Rezo y pido que no los dejen solos. Y estoy cerca de ustedes, los que se acercan a ellos. Con mucha pena en el corazón. Un abrazo, Francisco".
El predio de Villa Lugano, un excementerio de autos de la Policía Federal, fue cedido al gobierno porteño para construir viviendas, aunque debía ser saneado previamente por su grado de contaminación. Estaba ocupado desde el 24 de febrero por familias que reclamaban soluciones habitacionales a la administración porteña y el cumplimiento del fallo judicial de urbanización de la lindera Villa 20.
Artículo originalmente publicado por AICA