“Alguien tiene que tenderles la mano, mientras acordamos una reunificación familiar”, afirma Andrea Acosta, guardián legal de 817 de estos niños
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Un artículo del periódico digital El Pregonero de la archidiócesis de Washington da a conocer un dato sorprendente sobre la política de deportaciones masivas que ha seguido el régimen de Barack Obama en Estados Unidos: cada año, unos 100 mil niños ciudadanos pierden uno de sus padres debido a la repatriación de inmigrantes ilegales.
El artículo, firmado por Andrea Acosta, basa la estadística en información proporcionada por la activista Nora Sándigo, quien desde 2009 ha asumido la tarea de rescatar menores que se quedan huérfanos “por culpa de un sistema migratorio ineficiente y, en muchas ocasiones, inhumano”.
Sándigo es, actualmente, guardián legal de 817 niños que han quedado a la deriva porque uno o ambos padres fueron expulsados de Estados Unidos o están en proceso de deportación inminente.
“Alguien tiene que tenderles la mano, mientras acordamos una reunificación familiar”, dijo Nora Sándigo a El Pregonero. Sándigo es directora de la organización Fraternidad Americana (American Fraternity) de Miami, Florida.
Un deber cristiano
Ha sido la Iglesia católica de Estados Unidos la que ha denunciado múltiples ocasiones la política ineficiente de las autoridades migratorias de Estados Unidos, sobre todo en lo que respecta al derecho humano fundamental de las niñas y los niños a tener una familia.
Pero de la denuncia se debe pasar a la acción y Nora Sándigo, una ciudadana estadounidense de origen nicaragüense, lo ha hecho. Algunos de los niños viven temporalmente en casa de Nora, pero la mayoría son ubicados con familiares.
La activista señaló a El Pregonero: “tengo la obligación moral, el deber cristiano de servir a estos niños, a estas familias inmigrantes, y de asistir a los más desamparados, lo cual es una tarea que el Señor Jesucristo nos encomendó”.
Más adelante, en la entrevista con el órgano informativo de la archidiócesis de Washington dijo: “Todos tenemos que poner un granito de arena… Es poquito lo que nosotros hacemos, pero lo hacemos con el corazón y lo sentimos como un deber, como un mandamiento de Cristo”.
Una lucha cuesta arriba
Consciente del valor de la unidad, Nora Sándigo ha realizado una labor titánica, aunque ella lo reconozca apenas. Según El Pregonero, la activista por los derechos de los niños ha señalado que la comunidad debe unirse en una sola voz y unificar esfuerzos para hacer obras por estos niños y sus familias.
“No importa el origen, la religión, el color ni el partido político. Son criaturas que necesitan que se les tienda una mano para que tengan toda la protección posible y a su familia consigo. Es un derecho civil, humano y constitucional”, señaló Sándigo.
Junto con otros defensores de los derechos humanos de los inmigrantes y de sus familias, Nora Sándigo señaló que se están haciendo “todos los esfuerzos para lograr conseguir que se detengan las redadas y deportaciones, para que podamos sembrar esperanza en la comunidad inmigrante, porque todos estos años han sido solamente de angustia”.
Finalmente, Sándigo señaló que se trata “una lucha cuesta arriba, pero vamos a seguir luchando por la justicia de estos niños ciudadanos y de los recién llegados que merecen una oportunidad de ser escuchados en la corte y que se les tienda la mano como refugiados”.
Para información, donativos, ayudas y trabajo voluntario:
info@americanfraternity.org
Nora@americanfraternity.org