El Papa Francisco recibió una corona de espinas hecha con restos de la cerca que dividió a Corea
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Entre los obsequios que el Papa Francisco se llevó de Corea a Italia tras su visita a la península asiática se encuentra una corona de espinas realizada con restos del alambre de la cerca original que sirvió para demarcar la línea divisoria entre Corea del Norte y Corea del Sur tras la guerra concluida en 1953.
El Papa recibió este regalo el lunes en un edificio junto a la catedral de Myeong-dong, donde se revistió para la misa por la paz y reconciliación de la península coreana y recibió y saludó a diversos líderes religiosos del país.
Antes de la eucaristía, Francisco rezó unos instantes ante una imagen de la Virgen de Fátima y ante esa corona de espinas colocada a sus pies.
La corona simboliza el dolor y sufrimiento de quienes han sido perseguidos o que han muerto a causa de la guerra ocurrida entre 1950 y 1953, según explicó a Aciprensa el obispo Peter Kang U-il, presidente de la Conferencia Episcopal de Corea y del Comité Preparatorio de la Visita del Papa Francisco a Corea.
El también obispo de Cheju afirmó además que "a partir de este sufrimiento que significó el sacrificio de esta gente en la guerra, debemos restablecer nuestras relaciones con Corea del Norte y hacer posible el desarrollo de la paz".
La corona de espinas, bajo la cual se escribió el lema "Oración por nuestra reconciliación y armonía", se realizó para obsequiársela Papa.
En la misa por la Paz y la Reconciliación, el Papa Francisco afirmó que “lo que desde un punto de vista humano parece imposible, irrealizable y, quizás, hasta inaceptable, Jesús lo hace posible y fructífero mediante la fuerza infinita de su cruz".
"La cruz de Cristo revela el poder de Dios que supera toda división, sana cualquier herida y restablece los lazos originarios del amor fraterno”.
Ya en el avión que le llevó de vuelta a Italia, el Papa Francisco reconoció que la división en “dos lados de la única Corea” es un dolor: “lo sé con certeza, que hay algunos parientes, muchos parientes no puede encontrarse, esto duele”, reconoció ante los periodistas.
Respecto a una posible unificación de Corea, Francisco afirmó: “Todavía tenemos esperanza, las dos Coreas son hermanas y hablan el mismo idioma. Cuando hablamos el mismo idioma, es porque se tiene a la misma madre, y esto nos da esperanza. El sufrimiento de la división es grande. Lo entiendo y rezo para que termine”.