Integrantes del plantel y directivos de San Lorenzo llevarán al Papa el trofeo obtenido la semana pasada, el logro más importante en la historia del club
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San Lorenzo de Almagro, uno de los clubes considerados “grandes” de la Argentina, conquistó la semana pasada la Copa Libertadores de América, el título más preciado para el fútbol americano. Es la primera vez que el club de Boedo, cuyo simpatizante más conocido es el Papa Francisco, obtiene este título. Y sus dirigentes se comprometieron a llevarle el trofeo al Papa, este próximo miércoles.
Santo por doble partida -por el santo al que homenajea gracias a su fundador, un sacerdote, y por su simpatizante más popular-, el club vive desde hace poco más de un año como en un sueño.
El 13 de marzo de 2013 se eligió sucesor de San Pedro a Jorge Bergoglio, simpatizante que como arzobispo celebró la eucaristía en varias ocasiones en la capilla del Club. Su nombramiento hizo que el San Lorenzo vuelva a ser nombrado en todo el mundo y que incluso, en pocos días, sume 500 socios nuevos.
A los meses, consiguió la habilitación para regresar al histórico predio de Boedo gracias a la colaboración de sus socios en la constitución de un fideicomiso. En diciembre logró el campeonato local, y ahora, el trofeo más importante del deporte sudamericano.
Es la segunda vez que la actual conducción de San Lorenzo visita al Papa para llevarle un trofeo. En diciembre pasado, el presidente del club, Matías Lammens, encabezó una delegación que regaló al Pontífice una réplica del título local.
Infaltable en este tipo de actividades, el vicepresidente Marcelo Tinelli, el animador televisivo más popular de la Argentina, secundó a Lammens en aquella ocasión.
Esa vez Tinelli, a minutos del triunfo sobre Nacional de Paraguay, ya anunciaba que tenía que cumplir la promesa de llevarle el trofeo continental a Francisco, quien en la anterior visita les dijo entre carcajadas: "Mirá que son unos caraduras. Gracias por venir".
Ya como arzobispo de Buenos Aires, era usual el diálogo del Papa sobre San Lorenzo con los fieles y amigos. Cuenta el rabino Abraham Skorka que el inicio de la relación entre ellos, amistad que se inmortalizó con un emocionante abrazo en el Muro de los lamentos durante la reciente visita papal a Tierra Santa, tuvo justamente el fútbol como inicio.
Cuando fueron presentados, Jorge Bergoglio no demoró en preguntarle de qué equipo era simpatizante Skorka, quien le respondió de River. Los siguientes encuentros, incluso los casuales, tuvieron como motivo de conversación la rivalidad entre los clubes.
Como Papa, cada vez que identifica a un argentino que busca hablarle de fútbol, suele tener referencias que confirman que sigue los resultados de los encuentros, aunque por motivos de trabajo o de huso horario no pueda verlos.
Durante un paseo previo a una audiencia general, Francisco incluso le hizo saber a un simpatizante de Boca, con cara de sorna, que tenía muy presente la victoria del “cuervo” –como se le conoce al club- al alzar con orgullo tres dedos, uno por cada gol de aquella goleada.
En otro gesto que confirma el buen humor con que el Papa se toma el fútbol, idéntica respuesta tuvo el entonces entrenador de Arsenal al señalarle en un saludo al Papa: “A ustedes les metimos tres”.
Historia de fe y esfuerzo
San Lorenzo fue fundado a principios de siglo XX por el sacerdote salesiano Lorenzo Massa. El nombre del club, sin embargo, no tiene que ver con el fundador que permitía a los primeros futbolistas usar el terreno del oratorio de San Antonio. Se trata de un recuerdo tanto al mártir san Lorenzo como a la localidad que da nombre a la batalla que fue bautismo de fuego del general José de San Martín, libertador de América.
San Lorenzo de Almagro, donde estaba emplazado su estadio el Gasometro -cuando fue constituido inicialmente no existía el barrio de Boedo-, perdido debido a una asfixiante situación económica en los 70, acarreaba en 1995 más de 20 años sin campeonatos.
En aquella ocasión el club logró dar la vuelta olímpica y lo festejó con un gesto que muestra que la fe de los “cuervos” no es sólo cosa de Francisco. En aquella ocasión, más de diez mil "hinchas" del club, encabezados por Tinelli, peregrinaron a Luján para darle gracias a la Virgen María por el triunfo.
El nuevo estadio, que será emplazado donde estaba el histórico Gasometro, fue recuperado gracias a la contribución de miles de socios que compraron simbólicamente metros cuadrados, necesarios para indemnizar a la cadena de supermercados que era propietaria del terreno.
Colaboró entre cientos, el actor Viggo Mortensen, Aragorn en la versión fílmica de El Señor de los Anillos. Mortensen vivió en la Argentina de niño, pero guarda imborrables recuerdos de un club que sigue esté donde esté, y que visita cada vez que está en la Argentina.
Hasta el 13 de marzo de 2013 era el simpatizante de San Lorenzo más famoso del mundo. Ese día, cuando Bergoglio se convirtió en Francisco, fue relegado a un nada despreciable segundo puesto.
Francisco, orgullo "cuervo"
Los simpatizantes de San Lorenzo tuvieron la oportunidad estos días de fotografiarse con el trofeo en la mítica esquina de San Juan y Boedo. Como es usual en los estadios, un imitador de Francisco daba vueltas por allí para fotografiarse con quienes lo pedían.
Con lo que supuso para el club en la exposición internacional la elección de Francisco, con el orgullo que implica para simpatizantes y jugadores y el reconocimiento incluso a su oración –“Creo que debe haber rezado mucho para que nos vaya muy bien”, dijo el futbolista Julio Buffarini-, la lógica propuesta no tardó en llegar. Durante un reciente encuentro ya fue propuesto que el nuevo estadio de San Lorenzo sea nombrado “Papa Francisco".