Liberia es el país en el que más han aumentado la víctimas mortales a causa de esta enfermedad, pero varios grandes hospitales permanecen cerrados
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Liberia es el país en el que más han aumentado las víctimas mortales a causa del ébola en los últimos días. Hace una semana el gobierno declaró el estado de emergencia y el propio sistema de salud ha reconocido su saturación por el virus.
La mayoría de los hospitales de referencia en Monrovia están cerrados ya que no cuentan con suficientes equipos de seguridad con los que proteger a los profesionales de la salud.
La elevada mortalidad que se está produciendo entre los sanitarios, que se une a las mejorables condiciones laborales y los bajos salarios, está provocando que muchos de ellos renuncien o pidan excedencias durante el periodo de crisis.
"La población vive con miedo. A diferencia de los tiempos de la guerra en los que siempre podías correr a esconderte o huir del país no hay escapatoria posible del ébola. Solo con buenos protocolos de higiene y cumpliéndolos será posible dejar atrás esta situación", escribe la religiosa Barbara Brillant, directora de la escuela de Salud Politécnica Stella Maris de Monrovia.
Un grave problema con el que se están topando los que se esfuerzan contra la enfermedad es que a menudo la gente sólo acude a tratarse cuando ya está gravemente enferma.
La población infectada tiene miedo a mostrar sus síntomas por temor a que se sospeche que tienen el ébola y sean estigmatizados. A este respecto, la Comisión de la Salud de la Iglesia Católica de Liberia ha puesto una campaña de sensibilización en todo el país.
Otro problema es conseguir a nivel local desinfectantes y materiales de protección. La Organización Mundial de la Salud sí está suministrando equipos pero lo hace a través del gobierno y no siempre llegan a los centros que están tratando potencialmente con la enfermedad.
La Iglesia católica liberiana ha difundido un comunicado en el que se asegura que la mayoría de sus centros se encuentran en funcionamiento, aunque tres de ellos están cerrados para su descontaminación y observación por un periodo de 21 días.
Se trata de aquellos que han tenido ya casos de muertes confirmadas por ébola.
Según la comisión de la salud, los principales impedimentos para el funcionamiento de sus centros son: la dificultad para derivar a los hospitales de referencia (ya que están cerrados o se niegan a recibir casos), la escasez de ambulancias y los problemas de los profesionales de la salud para conseguir medios de transporte.
Seis integrantes de la Comisión de Salud de la Iglesia de Liberia han fallecido: un camerunés, un ghanés, un congoleño, un español —Miguel Pajares— y dos liberianos. La comisión anuncia que otras dos religiosas permanecen en estado crítico.
Artículo publicado originalmente por Mundo Negro