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¡Vacaciones!, ¿y ahora qué hago con los niños en casa?

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Aleteia Team - publicado el 28/07/14
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Grandes ideas para disfrutar y aprovechar este magnífico tiempo para educar en la libertad
Las vacaciones son un tiempo de descanso, diversión, esparcimiento y reflexión. El tiempo libre o el ocio es una oportunidad maravillosa para educar, para seguir formando.
 
Y es que los padres de familia no tenemos “vacaciones” para educar; ésta es una tarea que dura toda la vida. ¿Qué pretendemos los padres al educar? Formar seres humanos libres, autónomos, que sean capaces de elegir libremente aquello que los haga felices. Y bien, si ese es nuestro objetivo, hay que aprovechar este magnífico tiempo para educar en la libertad.
 
No nos angustiemos porque los niños están en casa, hay que disfrutarlos, divertirnos y aprovechar todas las oportunidades para educarlos de una manera diferente, cambiando la rutina, haciendo algo creativo, relajante.
 
Podemos decir que las vacaciones o el descanso nos pueden ayudar en seis diferentes áreas de nuestra vida:
 
1. El área de la salud. Las vacaciones implican descanso, reposo, menos presiones, el organismo se relaja de la tensión a la que estuvo sujeto, algo muy necesario. Hay que recuperar fuerzas y lograr que mente y cuerpo se relajen haciendo actividades diferentes.
 
Estamos sometidos siempre –sobre todo en las grandes ciudades– a horarios rígidos, obligaciones, tránsito etc. y todo esto causa estrés tanto en los adultos como en los niños. Por ello, hay que liberar a nuestro cuerpo de esa presión excesiva que tanto daño le hace.
 
2. El área recreativa. Hacer actividades diversas que nos distraigan, que nos gusten y nos den diversión: campamentos, paseos, juegos, en fin, todo aquello que disfrutemos.
 
3. El área cultural y artística. Ésta propicia el desarrollo de la creatividad, de la inventiva. Es realizar proyectos que impliquen un trabajo manual en el que pueda “crear”, "inventar” algo mío, sin restricciones, con mis ideas y espontaneidad. Todo esto implica una cierta disciplina que está implícita en la actividad, pero no se vive como “limitante” o “tediosa”. Hay muchas actividades al respecto: tocar un instrumento musical, pintar un cuadro, remodelar tu cuarto, etc.
 
4. El área social. Cultivar nuevas amistades, visitar amigos o familiares que vivan en otra ciudad. Así mismo, propiciar actividades que, además de implicar la sociabilidad, manifiesten aptitudes de colaboración, iniciativa, espontaneidad, creatividad, tales como idear una obra de teatro, componer nuevas canciones, organizar un coro. Todo esto, además de divertido, permite la identificación de talentos, aptitudes… datos que son importantes para la educación.
 
5. El área de virtudes y valores. El tiempo de vacaciones es una oportunidad única para la formación de virtudes y valores en los hijos. Tenemos que aprovechar la “relajación”, el reposo, la alegría, el buen humor para formar virtudes tales como: disciplina, aún en el tiempo libre, que haya horarios, reglas, consecuencias… también podemos formar la generosidad, al compartir mis cosas, mis talentos, mi tiempo; la alegría al saberse felices, al disfrutar del mar, del campo; la gratitud y admiración por tantas cosas que hay que disfrutar y agradecer a Dios, a sus padres y a todas las personas involucradas en ello.
 
En fin, son muchas las virtudes que, formadas y ejercidas con amor, pueden llevar a la adquisición de grandes valores como la responsabilidad, el compromiso, el respeto y el amor.
 
6. El área espiritual. No hay que dejar de fomentar esta área tan importante… estar de vacaciones no implica olvidarnos de Dios, dejar las actividades que me acercan a Él y me hacen ser mejor persona. Con los niños, no hay que dejar de ir a misa, de hacer una visita a la Iglesia o rezar juntos en casa y aprovechar cada oportunidad para dar gracias a Dios de todo lo que se tiene y se disfruta.
 
¿Te das cuenta que las vacaciones son muy ricas por lo que ofrecen y también son divertidas? Hay que gozarlas y disfrutarlas apreciando la riqueza que dejan, siempre y cuando las aprovechemos.
 
¡Felices vacaciones!
 
Artículo originalmente publicado por Desde la fe 

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