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El Papa Francisco sale en defensa de las mujeres que hacen trabajos humildes

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Ary Waldir Ramos Díaz - Aleteia Team - publicado el 28/07/14
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El Pontífice desvela en una entrevista por qué lleva una cadena del Sagrado Corazón y por qué las empleadas domésticas deben tener todos los derechos sociales

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El Papa Francisco ha concedido una entrevista a Viva, la revista dominical del diario el Clarín, publicada el 27 de julio y firmada por el periodista, Pablo Calvo. Francisco, en ocasión de la visita a la residencia de Santa Marta de un grupo de exiliados de la dictadura argentina en Suecia (07 de julio), compartió la anécdota del porque lleva en el pecho el Sagrado Corazón y porque siente tanto respeto por las mujeres que hacen trabajos humildes.  El Papa exigió que no sean maltratadas o explotadas.
 
La protagonista, Concepción María Minuto, una inmigrante siciliana en Argentina. La señora Concepción ayudaba a la mamá del niño Bergoglio en sus quehaceres domésticos. Ella le dejó una enseñanza de vida que el Papa Francisco recuerda todos los días. 
 
El pasado 07 de julio, Calvo le entregó al Papa Francisco una carta escrita por una mujer que cuida a su hijo desde hace 13 años. En ese momento de la conversación, el Papa Francisco sacó de su pecho una medalla y explicó: "Es de una señora que ayudaba a mi mamá a lavar la ropa, cuando no había lavarropas, con la tabla, a mano. Éramos cinco nosotros, mamá sola, esta señora venía tres veces por semana a ayudarla[…] Una mujer de Sicilia que había emigrado a la Argentina con dos hijos, viuda, después de que su marido muriera en la guerra”. 
 
Un lavadero, la escuela de vida del niño Bergoglio
 
Recuerda que con su trabajo humilde Concepción María sostenía a su hogar y era un ejemplo de vida. “Yo tenía unos 10 años, hasta que se mudaron mis padres y dejé de verla. Pasó mucho tiempo y un día apareció a saludar por San Miguel. Yo ya era sacerdote” aseguró.
 
El padre Bergoglio la perdió de vista por un tiempo pero la tuvo en su mente. “Siempre pedí la gracia de volverla a encontrar, porque mientras lavaba, nos enseñaba mucho, nos hablaba de la guerra, de cómo cultivaban en Sicilia. Era viva como el hambre, cuidaba el pesito, no se dejaba estafar, tenía muchas cosas buenas" asevero.
El reencuentro
 
"Por fin la encontré, ya tenía 80 y tantos, y la acompañé diez años hasta su muerte. Pero unos días antes se sacó esta medalla y me dijo ‘quiero que la lleves vos’, y todas las noches cuando me la saco y la beso y todas las mañanas cuando me la pongo, la imagen de esa mujer se me aparece. Era una anónima, nadie la conocía, pero se llamaba Concepción María Minuto” afirmó.
 
La defensa de las trabajadoras del hogar
 
El Papa pidió respeto por las trabajadoras domesticas, al mismo tiempo que no fueran explotadas: “Murió feliz, con una sonrisa, con la dignidad de quien trabajó. Es por eso que tengo mucho cariño a la mujer que ayuda, a las empleadas domésticas, que tienen que tener todos los derechos sociales, todos. Es un trabajo como cualquiera, no debe ser objeto de explotación ni maltrato", concluyó.

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