Se celebró la minicumbre de tres países de Centroamérica y EE UU
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Este viernes, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reunido con los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras en Washington (EEUU), advirtió que los inmigrantes que crucen la frontera con Estados Unidos en situación irregular serán deportados a sus países de origen.
Obama, quien ha sido bautizado por grupos defensores de los derechos humanos de los migrantes como “El deportador en jefe” (dos millones de deportaciones se han producido en sus administraciones) aseguró que su “gobierno tiene compasión por los niños inmigrantes que cruzan la frontera desde México”, pero insistió en que quienes no tengan una solicitud legítima para permanecer en la Unión Americana “serán devueltos”.
En una reunión en la Casa Blanca con Otto Pérez Molina, Salvador Sánchez Cerén y Juan Orlando Hernández (presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, respectivamente) Obama explicó a los mandatarios del Triángulo del Norte de Centroamérica que cabe la posibilidad de que algunos inmigrantes puedan solicitar la condición de refugiados, pero afirma que esos casos serían "muy pocos".
El presidente de Estados Unidos –quien sostuvo como propuesta de campañas políticas la reforma migratoria– dijo que comparte con los países centroamericanos la responsabilidad de hacer frente a este problema, así como al tráfico de drogas o la violencia de las pandillas, que obliga a muchos menores a huir de estos países.
Dinero para la frontera y campañas de disuasión
En este contexto, Obama también dijo a los presidentes de El Salvador, Guatemala y Honduras que esperaba que los legisladores estadounidenses aprueben una solicitud de fondos de emergencia para responder a la crisis fronteriza, antes de que la próxima semana comience un receso legislativo, fondo que asciende a tres mil 600 millones de dólares.
“Espero que el presidente (de la cámara baja John) Boehner y los legisladores republicanos no se vayan de vacaciones por todo el mes de agosto sin hacer algo para ayudar a resolver este problema”, dijo Obama. “Necesitamos más acción, menos palabras”, aseveró el primer presidente negro de los Estados Unidos, quien estuvo acompañado en el encuentro por el vicepresidente Joe Biden.
En lo que va de este año fiscal 2014, más de 57 mil niños han cruzado la frontera de Estados Unidos sin sus padres, incluyendo más de 40 mil niños que provenían de esos tres países de Centroamérica, con Honduras a la cabeza.
Obama dijo que los cuatro países juntos deben detener la afluencia de niños a la frontera porque los jóvenes arriesgan sus vidas y las de sus familias. Antes había hablado por teléfono con su homólogo de México, Enrique Peña Nieto, para comprometerse ambas naciones en el respeto de los menores y en la disuasión de que abandonen su país.
Obama, finalmente, agradeció a los presidentes de los tres principales países expulsores de menores en esta crisis humanitaria que está golpeando no solamente la credibilidad del régimen estadounidense, sino todos los mecanismos internacionales de defensa de los derechos de los niños.
“Los informes iniciales demuestran que nuestros esfuerzos conjuntos aparentemente empiezan a dar resultados”, dijo, finalmente Obama, en referencia a las campañas emprendidas en los países de Centroamérica contra los llamados “coyotes”, los tratantes de personas, y para responsabilizarse de retener a sus menores de edad en casa.