Un monumento de fe y de historia con una biblioteca única
La tarde de este domingo 20 de julio, los combatientes del Estado islámico pusieron las manos sobre el monasterio de los mártires Behnam y Sarah y obligaron a los monjes a salir de él.
Los terroristas ni si quiera les dejaron llevarse nada. Exactamente como las familias cristianas expulsadas de Mosul el jueves pasado, 17 de julio.
Los monjes tomaron la dirección de Qaracoche, que no está lejos del monasterio, sólo a 19 kilómetros, y allí se encuentra ahora toda la comunidad.
“Todo va muy mal para nosotros”, dijo por teléfono el superior de la comunidad monástica de san Efrén, el padre Yakoub Hassou.
Consternada, disgustada, triste y desamparada, esta comunidad deja atrás un importante lugar de espiritualidad, un monumento histórico de gran belleza, una biblioteca llena de manuscritos muy antiguos, libros litúrgicos y un lugar simbólico del encuentro islamo-cristiano.
¡Este monasterio era un remanso de paz, de espiritualidad y de referencia religiosa tanto para los cristianos como para los musulmanes!
El viernes 18 de julio por la tarde, los terroristas del Estado islámico habían quemado el arzobispado de los siriaco católicos, que estaba en el centro de la ciudad de Mosul, en el barrio de Al-Meidan.
El sábado 19 de julio por la tarde, los terroristas tomaron el convento de San Jorge, en el norte de Mosul, el único lugar monástico de la ciudad de los monjes caldeos que pertenecen a la orden de san Antonio el Grande.
¡En la ciudad de Mosul había muchas parroquias, iglesias y conventos! Era una ciudad habitada por caldeos, siriaco-católicos y siriaco-ortodoxos. Había tres arzobispados para las tres Iglesias.
En estos momentos Mosul es una ciudad dominada por el Estado islámico, un contingente de 25.000 combatientes terroristas que aplica la ley de la Sharia islámica. Según esta ley, no debe haber cristianos en el Estado islámico.
Monseñor Charbel, co-obispo de Quaracoche, me confió este domingo, con mucha tristeza y entre lágrimas, la miserable suerte de los cristianos de la llanura de Nínive.
Lanzó un llamamiento a los dirigentes de las potencias mundiales para abrir la posibilidad de una emigración colectiva de todos los cristianos de Irak, y salvar al resto de los cristianos de la aniquilación de los grupos terroristas islámicos que se propagan y destruyen la cultura y la civilización cristianas.
Sólo la emigración colectiva podría salvar al resto de los cristianos de la muerte y del exterminio. Apelamos y exhortamos a los dirigentes de países occidentales como Canadá, Estados Unidos o Australia a tomar en serio nuestra petición. Queremos salvar al resto de los cristianos de Irak.
Por el padre Anis Hanna, o.p.