“Que los que sufren puedan encontrarnos siempre disponibles”, pide el pontífice
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"Tenemos a nuestra disposición muchas informaciones y estadísticas sobre la pobreza y las tribulaciones humanas, y corremos el riesgo de ser espectadores informadísimos y desencarnados de esta realidad": lo advirtió el Papa Francisco al recibir hoy a las "Misericordias" italianas, un numeroso grupo laical con 750 años de historia.
"Bellas palabras, bellas palabras, demasiadas palabras…", dijo el Papa Francisco. "Decimos: ¡Qué barbaridad! ¿Qué haces tú para remediar esa barbaridad", preguntó a los presentes. "Palabras hay demasiadas, lo importante es pasar a la accion".
Fundadas por san Pedro Mártir de Verona en la ciudad italiana de Florencia en 1244, las "Misericordias" son cofradías que reunen a ciudadanos, de todas las edades y clases sociales, deseosos de "honrar a Dios con obras de misericordia en favor del prójimo", en el más absoluto anonimato y con total gratuidad.
Cerca de 30.000 personas de estas asociaciones laicales se reunieron hoy en la Plaza de San Pedro: el Papa Francisco alabó su trabajo, y les recordó que su modelo es la misericordia de Jesús. "Él iba por las calles y no planificaba ni los pobres, ni los enfermos, ni los inválidos que se cruzaba en el camino, sino que se detenía con el pirmero que encontraba, convirtiéndose en signo de la cercanía de Dios".
En el Evangelio se reflejan la cercanía, la bondad y la ternura con que Dios se acercaba a las personas que sufrían y las consolaba, explica el Papa. "También nosotros somos llamados a ser cercanos, a compartir la condición de las personas que encontramos. Nuestras palabras y gestos no pueden ser extraños al dolor de los demás, sino que deben mostrar calor fraterno sin caer en el paternalismo".