De camino a casa después del encuentro con el Papa Francisco en Jerusalén, hace dos semanas, el patriarca ecuménico de Constantinopla dijo que él y el obispo de Roma habían decidido planear un encuentro, para 2025, en que ellos mismos o sus sucesores celebrarían el 1.700º aniversario del Concilio de Nicea.
“Acordamos dejar como legado para nosotros mismos y nuestros sucesores un encuentro en Nicea en 2025, para celebrar juntos, después de 17 siglos, el primer sínodo verdaderamente ecuménico”, declaró Bartolomé I, Patriarca de Constantinopla, a la agencia Asia News.
El anuncio causó agitación en la blogosfera católica. En el Concilio de Nicea, realizado en la ciudad que hoy se llama Iznik, al noroeste de Turquía, se formuló el Credo Niceno.
¿Será que Bartolomé y Francisco, que se reunieron en Jerusalén para celebrar el 50º aniversario del fin de los anatemas recíprocos de 1054, estarían planeando un gran concilio ecuménico para restablecer la plena comunión entre los cristianos de Oriente y Occidente?
Este domingo, cuando Bartolomé se unió a Francisco en la oración interreligiosa que involucró a los presidentes de Israel y de la Autoridad Palestina, un portavoz del Vaticano respondió a las preguntas sobre Nicea, dejando básicamente un mensaje: “Que nadie se precipite”.
“Varias agencias de noticias, publicaciones e individuos han hablado de ese encuentro como si fuera un hecho consumado”, dijo el portavoz, el padre Thomas Rosica, en un comunicado.
“No hay ningún anuncio formal o convocatoria de este evento por parte del Vaticano –añadió-. Todavía es muy pronto para sacar conclusiones”.
Sería deseable conmemorar la superación de “miedos y desconfianzas creados por la experiencia histórica”, dijo el vaticanista el padre Thomas Reese al Religion News Service.
“Ese encuentro sería significativo no sólo por reunir a ortodoxos y católicos, sino también porque el estudio y las discusiones previos al encuentro ayudarían a un mayor entendimiento y reconciliación”.