Tiene casi 600 partidos con la camiseta de la Roma, 235 goles marcados y un título mundial a sus espaldas, pero Francesco Totti no es sólo un campeón de fútbol o el símbolo de la romanidad, es también excepcional fuera del campo.
Comprometido con UNICEF, entidad de la que es embajador, es una persona sólida, pulcra, que ha decidido adoptar a 11 niños de Nairobi en el ámbito de un proyecto del cual es promotor.
Se confía con A Sua Immagine (7 junio) el capitán de la Roma y habla de los valores que el deporte debería llevar, de la responsabilidad de ser considerado un modelo deportivo para las nuevas generaciones y sobretodo del amor que lo une a Ilary Blasi y de su relación con la fe.
“Cada vez que meto un gol, beso el anillo de matrimonio y agradezco al Señor por haberme regalado una vida plena de satisfacciones –explica-. No sólo en el campo de fútbol sino sobretodo en la vida cotidiana con Ilary y nuestros dos hijos, Christian y Chanel”.
Muy devoto de la Virgen del Divino Amor, Francesco Totti confiesa tener una “relación profunda” con la fe: “Siempre he dado una gran importancia a ciertos gestos, desde el signo de la cruz a la oración”.
En su opinión, “fe es creer a corazón abierto y sin condiciones; es también por eso que las palabras “fe” y “confianza” [fede y fiducia en italiano, n.d.t.] son tan similares, ¿no?”.
“El hombre no ha nacido por casualidad y la fe le indica el camino –continúa-. Luego yo he tenido mucha suerte y por eso, además de creer, agradezco a Dios. Además buscaré siempre compartir con el prójimo parte de lo bueno que me ha sido dado”.
Totti cuenta haber sentido fuerte la mano de Dios cuando nacieron sus hijos: “Creo que fueron los dos momentos más bellos de toda mi existencia que me han hecho feliz y realizado. Es un discurso de amor. El amor por nuestros seres queridos, y sobretodo por los hijos, pienso que es similar a lo que Dios hace para cada uno de nosotros, porque la fe y el amor van de la mano”.
A pocos días del Mundial de Brasil, el capitán de la Roma recuerda “los años en que era niño y seguía los acontecimientos de nuestro equipo nacional” de Italia y cuando vistió la camiseta nacional, de manera especial en Alemania 2006.
A la pregunta sobre qué espera para el futuro, Totti respondió seguro querer siempre “conservar el placer por las pequeñas cosas, esas sencillas y sanas”, y concluye: “la única cosa que me pido a mi mismo, a Totti, es seguir siendo siempre, en el alma, el Francesco que he sido toda la vida”.