Papa Francisco: A Jesús no le gustan los matrimonios que eligen ser estériles

Fiel, perseverante y fecundo. Estas son las tres características del amor que Jesús nutre hacia la Iglesia, su Esposa. Y son también las características de un auténtico matrimonio cristiano. Así lo ha afirmado Papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada esta mañana en Santa Marta.

Unas quince parejas, unas quince historias matrimoniales, de familia, que comenzaron 25, 50, 60 años atrás ante un altar y que ante el altar de Papa Francisco se reencuentran unidas para alabar a Dios por el camino recorrido. Una escena insólita en la capilla de la Casa Santa Marta, que ofrece al Papa la ocasión de reflexionar sobre los tres pilares que en la visión de la fe deben sostener el amor esponsal: fidelidad, perseverancia y fecundidad. Modelo de referencia, explica, son los “tres amores de Jesús” por el Padre, por su Madre y por la Iglesia. “Grande” es el amor de Jesús por esta última, afirma Papa Francisco: “Jesús esposó a la Iglesia por amor”. Y “su esposa: bella, santa, pecadora, pero la ama siempre”. Y su modo de amarla pone de manifiesto las “tres características” de este amor:

“Es un amor fiel, es un amor perseverante, nos se cansa nunca de amar a su Iglesia; es un amor fecundo. ¡Es un amor fiel! Jesús es fiel. San Pablo, en una de sus cartas dice: ‘Si confiesas a Cristo, Él te confesará a ti, ante el Padre; si lo reniegas, Él te negará; si no eres fiel a Cristo, Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo’. La fidelidad está en la esencia del amor de Jesús. Y el amor de Jesús a su Iglesia es fiel. Esta fidelidad es como una luz sobre el matrimonio. La fidelidad del amor. Siempre”.

Fiel siempre, pero también incansable en su perseverancia. Es como el amor de Jesús por su Esposa. “Muchas veces” Jesús perdona a la Iglesia y del mismo modo, constata Papa Francisco, también dentro de una pareja se pide perdón y así “el amor matrimonial continua”.

“La vida matrimonial debe ser perseverante, debe ser perseverante. Porque si no el amor no puede ir adelante. La perseverancia en el amor, en los momentos bellos y en los momentos difíciles, cuando hay problemas: los problemas con los hijos, los problemas económicos, problemas aquí y allí. Pero el amor persevera, va adelante, siempre tratando de resolver las cosas, para salvar a la familia. Perseverantes: se levantan todas las mañanas, el hombre y la mujer para llevar adelante a la familia”.

Tercera característica: la “fecundidad”. El amor de Jesús, observa Papa Francisco, “hace fecunda la Iglesia, con nuevos hijos, Bautismos y la Iglesia crece con esta fecundidad nupcial”. En un matrimonio esta fecundidad puede verse probada, cuando los hijos no llegan o enferman. En estas pruebas, destaca el Papa, hay parejas que miran a Jesús “y toman fuerza en la fecundidad que Jesús tiene con su Iglesia”. Mientras que, por el otro lado, concluye “hay cosas que a Jesús no le gustan”, es decir los matrimonios estériles por elección.

“Estos matrimonios que no quieren hijos, que quieren permanecer sin fecundidad. Esta cultura del bienestar que hace diez años nos convenció: ‘Es mejor no tener hijos’ ¡Es mejor! Así puedes ir a conocer mundo, de vacaciones, tener una villa en el campo, estás tranquilo’… Quizás es mejor, más cómodo, tener un perrito, dos gatos y así el amor va hacia ellos ¿es verdad o no? ¿Lo habéis visto vosotros? Y al final este matrimonio llega a la vejez en soledad, con la amargura de la soledad mala. No es fecundo, no hace lo que Jesús hace a su Iglesia: la hace fecunda”.