Del 25 al 30 de mayo, tradicional peregrinación a este santuario situado a más de 3.700 metros de altura
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Desde el 25 al 30 de mayo se iniciará la tradicional peregrinación al Santuario del Señor de la Ascensión de Cachuy, ubicado a más 3.700 metros sobre el nivel del mar en la provincia de Yauyos, del departamento de Lima.
Atención espiritual
Durante estos días la Prelatura de Yauyos se prepara para atender a los peregrinos espiritualmente a través del sacramento de la confesión y la santa misa con el apoyo de los sacerdotes de esta jurisdicción, que se trasladan hasta el santuario.
Desde el martes 27 de mayo se celebrará la santa misa cada dos horas, paralelamente se atenderá el sacramento de la confesión a los peregrinos que llegan al Santuario. Durante toda la noche, de estos días, también se administrará el sacramento de la confesión en la galería de confesionarios del Santuario. El jueves, monseñor Ricardo García García presidirá la santa misa al mediodía, y al finalizar se bendecirá a los fieles con la sagrada imagen del Señor de la Ascensión para luego tener la tradicional procesión.
Breve Historia de la Imagen del Señor de la Ascensión de Cachuy
Según se explica en la web www.3i.com.pe, esta milagrosa efigie del Señor de la Ascensión apareció entre los años de 1690 a 1712 en un inhóspito paraje típico de las serranías limeñas.
Según la tradición, un pastor llamado Martín Barrios pastaba su ganado vacuno en los pastizales de la zona. Un día próximo a la festividad de San Lorenzo, se le extraviaron sus vacas, y habiendo salido a buscarlas, llegó hasta una pampa pedregosa llena de malezas y espinas; encontrando en ese lugar al ganado extraviado.
Junto al ganado, Martín Barrios divisó una pequeña figura humana que parecía ser la de un niño vestido con una túnica blanca. Sorprendido por tan extraño hallazgo, el pastor cogió la estatuilla y tomándolo por el patrón de los pastores san Lucas, se lo llevó a su choza distante a 5 kilómetos del actual pueblo de Cachuy.
Al llegar a su choza, Barrios contó de lo sucedido a su esposa y colocó a la imagen en un improvisado altar. A los pocos días, el pastor notó con sorpresa que la imagen había desaparecido misteriosamente del lugar; paralelamente a la desaparición, el ganado del pastor volvía a extraviarse.
Barrios se echó a buscar al ganado perdido y lo ubicó por segunda vez en el mismo lugar donde anteriormente fue encontrado. Mayor fue su sorpresa al encontrar junto a las vacas a la imagen que había desaparecido de su choza.
El misterioso acto de desaparición aconteció muchas veces, optando luego Martín Barrios por edificar una capillita junto a su morada al imaginar que su modestísima choza era inaparente para albergarlo.
Con mucho fervor y devoción, Barrios y su familia le rendían culto con la seguridad que el santo patrón le dispensaría con el don de acrecentar su ganado. A pesar del solícito culto que le rendían, la imagen volvía a desaparecer; siendo encontrado por el pastor cada vez que desaparecía, en el mismo lugar donde le encontró por primera vez.
La imagen fue reconocida en el acto por el párroco del pueblo de Putinza cuando Martín Barrios la llevó a la imagen en la víspera de la fiesta de san Lorenzo, descartando lo que en un primer momento pensaba el pastor Martín Barrios al confundirlo con san Lucas. Eran probablemente fines del siglo XVI.
Al reconocer el sacerdote al Señor de la Ascensión, dispuso de inmediato se colocara a la imagen en un sitio preferencial del altar mayor del templo, dando la orden, de que nadie la moviese de allí. Al siguiente día, antes de la misa, el sacerdote echó de menos a la imagen y viendo que no estaba, lo buscó dentro del templo sin resultados satisfactorios.
Ante este suceso, el sacerdote y la gente del pueblo creyeron que Martín Barrios lo había sustraído. Las autoridades le conminaron al pastor a entregar la imagen. Sin embargo, Barrios relató al pueblo y autoridades las desapariciones anteriores; y pidió que se le permitiera ir en su búsqueda.
Con el permiso concedido, el pastor Martín Barrios se trasladó hasta el lugar de siempre encontrando nuevamente la imagen, y optó por quedarse en el lugar a pasar la noche. Fue en esas circunstancias que el Señor se le presenta en sueños al pastor indicándole que construya su templo en el lugar del hallazgo.
Cuando Barrios despertó al siguiente día, encontró una pampa terraplenada con extensión suficiente para construir una capilla y población; las espinas, malezas y rocas del lugar habían desaparecido. Lleno de inefable gozo y sorprendido por lo ocurrido, Barrios inició la construcción del primer templo apoyado por los otros pastores de la zona. Empezó así el culto y fervor que hasta ahora perdura.
Los peregrinos recorren en ascenso permanente 16 kilómetros de un serpenteante e inaccesible camino de herradura, que se traduce en más de 10 horas de una larga y agotadora caminata, soportando el intenso frío característico de las zonas andinas limeñas.
Se invita a todos los peregrinos a que participen con los sacramentos de la confesión y la eucaristía y así poder ganar las indulgencias previstas.
Por el padre Ademir Sánchez