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Si andando se hace camino, tuiteando….

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Julian Lozano - publicado el 15/03/14
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Primer Congreso Internacional de Evangelización de Internet organizado por iMisión: tenemos que estar en internet

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Con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011 me asomé por vez primera a esa extraña “cosa” que se llamaba Twitter, en la que se escribían todos los mensajes que quisieras -más o menos- pero de menos de 141 caracteres. “Poco espacio…” pensé. Además, se podían leer los tuits de tantas personas o instituciones como “siguieras” en esa red. Decenas, cientos, miles de mensajes en apenas unos minutos u horas. “Mucho que leer…” dije para mí. Y este modo de “decir” y “escuchar” me casaban poco y mal con el Papa cuya venida estábamos preparando. El estilo profundo, preciso, hondo del Papa alemán no conectaba bien con ese vendaval de bits de información… Al menos eso pensé yo. Así que abandoné a los pocos días mi incursión en la red del “pío-pío”, dejé mi cuenta con apenas una decena de seguidores y de seguidos y con un bonito huevo como imagen de perfil. Hasta más ver…
 
La vorágine de la JMJ la pasé acogiendo a 6.000 peregrinos en la ciudad de Leganés, chapurreando palabras en inglés e italiano con franceses, indonesios, brasileños, italianos, malteses, etc. Sin internet en el móvil, tener un momento para conectarse a la red ante un ordenador y vivir – también digitalmente – aquella experiencia parecía poco más que imposible e innecesario. Así que viví con el Papa Benedicto XVI aquella inolvidable vigilia de Cuatro Vientos (“Hemos vivido una aventura juntos”) sobreviví a los más 40 grados centígrados de la mañana, al vendaval de la tarde, a la tormenta de la noche, al cansancio acumulado, y todo feliz y apenas sin decir ni “pío” en el continente digital: Sólo una entrada en el blog y un par de actualizaciones en Facebook.
 
Pero la tecnología llega a tu vida y te plantea cambios. Supongo que algo así pensó también el Sr. Gutenberg, salvando las distancias de tiempos, espacios, y talla histórica. A mí me llegó de la mano de un smartphone que tenía conexión a internet. Y claro, empiezas a entrar con más asiduidad en las estancias digitales. Aún así, tuvo que pasar un tiempo hasta descubrir que me encontraba ante un territorio de misión, en el que anunciar a Jesús era -a la par- posible y necesario. A esta conclusión llegué tras participar en un congreso de comunicación organizado por la Universidad Santa Croce en la ciudad eterna. No cabía duda: una basta región se abría ante la Iglesia, y era tiempo de remar mar adentro, acercarse a estos nuevos territorios, y explorarlos.
 

En ese momento inicial, cuando te preguntas cómo se escribe “Jesucristo” en el código binario; de qué manera se usa el dialecto de los 140 caracteres para comunicar biografías de santos y sesudas encíclicas; precisamente cuando estás planteándote si será apropiado escribir algún número del Código de Derecho Canónico usando las clásicas abreviaturas “xa”, “q” y “DTB”, en esa encrucijada apareció iMisión. Católicos de distintas procedencias, carismas y estados de vida; religiosas, sacerdotes, casados, solteros… Que querían que hiciéramos juntos la incursión en este nuevo continente, que lo hiciéramos para evangelizar, para anunciar el nombre de Jesús, que lo hiciéramos como Iglesia, como parte del glorioso cuerpo de Cristo que está formado por frágiles miembros… Y así empezamos en verano de 2012, sin un itinerario perfectamente trazado, sabiendo que caminando se hace camino, y tuiteando, lo que Dios quiera. Fijaos hasta qué punto es cierto, que pocos meses después el Papa Ratzinger -el del pensamiento preciso, hondo, reposado…- se abría cuenta en Twitter. No íbamos desencaminados…
 
Ahora encaramos la recta final de preparación del Primer Congreso Internacional de Evangelización de Internet organizado por iMisión. Llegamos a él ilusionados y deseosos de aprender mejor cómo transmitir y edificar el Reino de Dios en el océano de las Redes. Estamos convencidos de que se puede, porque lo hemos experimentado en la propia carne. Si tú también quieres vivir la Buena Nueva y comunicarla en este nuevo areópago, te invitamos a que te unas a nosotros. Presencialmente te esperamos del 4 al 6 de abril de 2014 en Madrid. Si no puedes acompañarnos físicamente, nos encontraremos vía redes para vivir el #iCongreso. Seguro que nos enseña modos de vivir y hacer más presente “la alegría del Evangelio”. Por cierto, ¡feliz primer aniversario Papa Francisco!
 

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