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Un nuevo Lampedusa: la frontera entre México y Estados Unidos

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Jaime Septién - publicado el 11/03/14
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Obispos de EE.UU. y México se reunirán en la frontera de Nogales durante 3 días en recuerdo de los muertos

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Las últimas dos décadas, la voz de la Iglesia católica, tanto en Estados Unidos como en México, ha sido la única en ser elevada en defensa de los migrantes latinoamericanos que mueren por cientos, incluso por miles, al intentar cruzar la frontera que divide México con Estados Unidos.
 
Cerca de dos mil kilómetros hacen imposible detener el flujo de migrantes que abandonan sus tierras para irse a probar fortuna a la que se ha calificado como “la tierra de la gran promesa”; los Estados Unidos de Norteamérica.
 
Los olvidados de “la ruta de la muerte”
 
Se calcula que cada año 370 mil mexicanos pasan “al otro lado” y 400 mil centroamericanos, especialmente hondureños y guatemaltecos, pasan por México, en tránsito hacia la Unión Americana.
 
Desde el primer mandato de George W. Bush las condiciones fronterizas se han recrudecido, más aún tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, lo cual ha arrinconado a los migrantes y los ha llevado a tratar de llegar al norte por lugares inhóspitos, como “la ruta de la muerte”, un pasadizo desértico entre Sonora (México) y Arizona (Estados Unidos).
 
En la defensa de los derechos humanos de los migrantes y en recuerdo a los que han fallecido en el intento, obispos de los Estados Unidos y México se reunirán en la frontera de Nogales (Sonora) y Nogales (Arizona), del 30 de marzo al primero de abril.
 
El proyecto de los prelados de las diócesis fronterizas y los encargados de migrantes y de movilidad humana de ambos episcopados, consistirá en caminar juntos a lo largo de la frontera entre las dos naciones, donde en los últimos 10 años han muerto alrededor de cinco mil personas; un promedio de 500 al año; entre una y dos por día.  Y esos son los cadáveres encontrados; muchas muertes permanecen en el olvido.  Y en el anonimato, más aún por los 500 kilómetros de muro fronterizo que ha construido Estados Unidos, lo que obliga a los migrantes a ir por rutas verdaderamente peligrosas.
 
Un estudio titulado “La continua crisis humanitaria en la frontera: Muertes de personas indocumentadas que cruzan la frontera registradas por la oficina del examinador médico del condado de Pima, 1990-2012” del Instituto de Migración Binacional de la Universidad de Arizona muestra, con evidencia empírica basada en datos, que las medidas de seguridad impuestas en los últimos años en la frontera son una causa directamente de la muerte de cientos de hombres, mujeres y niños cada año.
 
Daniel Martínez, autor principal del estudio, menciona que 20 por ciento de los restos encontrados en “la ruta de la muerte”, son identificados como mujeres y que 6 por ciento de los restos de los cuales se puede determinar la edad, eran de menores de 18 años.
 
Un sistema migratorio fallido
 
La Conferencia Episcopal de los Estados Unidos de América (USCCB), informó que el 1 de abril a las 9 de la mañana, los obispos de los Estados Unidos y de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) concelebrarán la Eucaristía en la línea fronteriza de Nogales.
 
La iniciativa, inspirada por la visita pastoral del Papa Francisco a la isla de Lampedusa (8 de julio de 2013), ha sido promovida por la Comisión para la Migración de la USCCB.
 
“El propósito de este viaje es poner el énfasis en el sufrimiento humano causado por un sistema migratorio fallido, un tema que en el debate nacional sobre la inmigración se ve subestimado a menudo”, dijo monseñor Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente de la Comisión de Migración de la USCCB.
 
Monseñor Elizondo subrayó que el tema central es crear conciencia sobre la dimensión humana de la inmigración, porque la cuestión se refiere a seres humanos y no sólo a temas económicos y sociales, como se ha polarizado la discusión legislativa sobre la reforma migratoria en Estados Unidos “Todos los que mueren o son deportados diariamente – añadió monseñor Elizondo – tienen el mismo valor y la misma dignidad innata que Dios ha dado a todos los hombres”.
 
Finalmente, el prelado estadounidense señaló: “La frontera entre Estados Unidos y México es nuestro Lampedusa” y recordó el viaje del Papa Francisco y sus palabras de condena de la “globalización de la indiferencia” y la “cultura del desperdicio”.
 
Además de los miembros del Comité sobre Migración de la USCCB y de la CEM, irán a Nogales, entre otros, el cardenal Seán O´Malley, de Boston, y varios obispos tanto de México como de Estados Unidos.

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