El nuevo cardenal reconoce que la experiencia del consistorio le “impresionó”
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Lo ha dicho en los micrófonos de COPE el arzobispo emérito de Pamplona quien acaba de llegar a España desde Roma donde ha participado en su primer consistorio. “El Papa Francisco nos dijo con mucho énfasis que no veníamos a formar parte de una Corte y con eso me quedo”. El matrimonio y la familia han centrado buena parte de la entrevista.
El cardenal Fernando Sebastián ha narrado en ‘El Espejo’ cómo fue su experiencia. “Fui un poco de pardillo, a aprender. A los nuevos cardenales nos acogieron muy fraternalmente, con mucho cariño y buen humor. El Papa nos saludó personalmente, pudimos agradecerle la designación personalmente.
La experiencia me impresionó”. Y subraya “que el cardenalato es un servicio a la cátedra de Pedro, a la misión del Señor en favor de la humanidad, y a la misión de la Iglesia que es la misión de Jesús en el mundo. Él nos dijo con mucho énfasis que no veníamos a formar parte de una Corte y con eso me quedo”.
No olvida los problemas que hoy acechan al matrimonio y a la familia. “La prensa da la impresión de que la preocupación más grande que hay sobre la familia y al matrimonio es la de los divorciados y su deseo de volver a casarse además de recibir la eucaristía. Los divorciados vueltos a casar que sufren de verdad por no recibir la eucaristía no son muchos porque si uno desea recibir la eucaristía sabe muy bien lo que tiene que hacer.
El problema de fondo que la Iglesia y la sociedad tiene que ponderar es el giro que se está produciendo en la comprensión del matrimonio y en la valoración de la familia. Da la impresión de que está en marcha un plan para reconfigurar la noción de matrimonio y familia y de esa manera se reconfigura la sociedad entera y la vida del hombre. Es una pretensión verdaderamente arrolladora porque es suplantar a Dios en la creación”.
Recuerda que “la Iglesia no se inventó el matrimonio y la familia. Es portadora de la mente divina por la revelación. Si el hombre quiere remoldear la convivencia y la sociedad entera no solo va contra la doctrina de la Iglesia va contra la sabiduría y los proyectos de Dios”. Es por ello por lo que insta ‘a un trabajo de campo’.
“Hay que acercarse a las personas que están siendo víctimas de esta ideología profundamente destructiva, incluso a quienes la defienden de buena voluntad. La actitud cristina es estar a favor de las personas y ayudarles a no caer en esta trampa que nos destruye”.
Por último pide ser testigos de la palabra de Cristo. “Con la oración hay que valorar a Jesús, su figura, su persona y su aportación. Sin Cristo el mundo es imposible y su influencia va mucho más allá de la Iglesia y del propio cristianismo. Muestra el camino de la vida, de la justicia y de la paz a la humanidad entera. Los cristianos tienen que ser entusiastas de Cristo pese a las dificultades. Es la hora de mostrar el amor, la lealtad y la confianza. Hay que tener confianza en el Señor y no dejarlo solo en los momentos de la contradicción”.