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Eutanasia: Llamamiento a rezar y ayunar en el Día del enfermo

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Aleteia Team - publicado el 11/02/14
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Quebec se preparanpara votar una ley que implica la eutanasia y el arzobispo de Montreal llama a la movilización espiritual

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Con motivo de la Jornada mundial del enfermo que se está celebrando este martes 11 de febrero, el arzobispo de Montreal, monseñor Christian Lépine, ha lanzado un llamamiento a rezar y ayunar para que no se legalice la eutanasia.
 
En Quebec (Canadá), los diputados votarán muy pronto sobre el proyecto de ley 52 sobre el final de la vida. Si es adoptado, la eutanasia se hará legal bajo el nombre de “ayuda médica a morir”.
 
“Sin embargo, avanzar la muerte no es ayudar a morir sino hacer morir”, explica monseñor Lépine en un artículo publicado en la web de su diócesis, en el que reflexiona sobre la elección incondicional del respeto a la vida, sea cual sea el estado de debilidad de la persona, e invita a considerar unidas fragilidad y valor de la vida, compasión y esperanza.
 
“Cuando ante la gran fragilidad de la vida se disminuye el valor de la vida, se va contra la sed de vivir que está anclada muy profundamente en el ser humano”, destaca.
 
“Que uno se sienta tentado con dejar de acompañar la vida hasta que sobrevenga naturalmente la muerte, y con suprimirla porque parece insoportable, es ciertamente comprensible, pero tomar esta dirección es meterse en un camino de deshumanización”, afirma.
 
“La conciencia personal de las personas implicadas, de manera más cercana o más lejana, en la familia, en el mundo médico y la sociedad, sólo puede dañarse si se deja llevar por esa tendencia –advierte-. El ser humano está constituido para respetar y servir a la vida en toda situación de fragilidad. No puede ponerse a causar la muerte de personas inocentes –por enmarcada que sea la decisión- sin herir con ella la conciencia de su propia dignidad. Matar a una persona humana inocente es también matarse a sí mismo”.
 
El obispo señala que “el valor de una persona que está enferma no disiminuye porque se encuentre en la fragilidad o en la extrema debilidad”.
 
En su opinión, “es de una importancia capital ver el bien que es la vida de toda persona enferma”.
 
“Necesitamos que Jesucristo, que el Camino, la Verdad y la Vida, Él que es Vida eterna y que viene, nos dé su gracia, tanto cuando acompañemos a los enfermos como cuando estemos nosotros enfermos”, añade.
 
Y concluye: “Hagamos de la Jornada mundial del enfermo, el 11 de febrero, una jornada de oración y de ayuno, participemos en la Misa y confiémonos a la mediación maternal de María”.

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