El sitio de la Conferencia episcopal de Estados Unidos tiene un catálogo de cinco formas para ayudar a Haití
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El 12 de enero de 2010, el mundo pareció acabarse para cientos de miles de personas. Cuando menos 220 mil personas murieron. Hoy, al cumplirse cuatro años del terremoto de siete grados de magnitud que sacudió Haití, el panorama de ese pequeño país del Caribe (uno de los más pobres del mundo), comienza a aclararse.
Siendo uno de los más devastadores de la historia de ese país (el epicentro fue a menos de 30 kilómetros de la capital haitiana, Puerto Príncipe), las heridas se están cerrando. En mucho, gracias a la ayuda de la Iglesia católica de todo el mundo, especialmente del continente americano, y más formalmente, de la Iglesia católica de los Estados Unidos.
Las ruinas se han ido; la pobreza no
En un reportaje presentado en su número del 30 de diciembre de 2013, escrito por Scott Alessi en Our Sunday Visitor, Darren Hercyk, director en Haití de los Servicios Católicos de Ayuda (CRS, por sus siglas en inglés) declaró: “La diferencia es alentadora…. Hay muy pocos edificios que permanecen colapsados. Las ruinas se han ido”.
Pero reponerlas ha costado mucho trabajo. El terremoto se llevó buena parte de los edificios civiles de Puerto Príncipe: escuelas, hospitales, iglesias… Entre ellas, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y muchas oficinas del gobierno. Millón y medio de haitianos fueron desplazados hacia campos de refugio. En octubre de 2013, todavía quedaban viviendo ahí 172 mil personas.
Los obispos católicos de Estados Unidos, en conjunción con la conferencia de obispos de Haití y otras conferencias episcopales a lo largo de todo el mundo, formaron la Sociedad para la Reconstrucción de la Iglesia (Partnership for Church Reconstruction o PROCHE) para ayudar a reconstruir la Iglesia católica en Haití, un país con 80 por ciento de la población que se identifica como católica.
A la fecha, el subcomité para la Iglesia de América Latina, dependiente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, ha aprobado más de diez millones de dólares para apoyar quince proyectos de reconstrucción que incluyen templos, capillas, escuelas y seminarios. Dos de estos proyectos de reconstrucción ya han sido terminados: la iglesia de San Francisco de Asís y las oficinas nuevas de la Conferencia de Religiosos Haitianos en Puerto Príncipe.
Cinco formas de ayudar
El sitio de la Conferencia episcopal de Estados Unidos tiene un catálogo de cinco formas para ayudar a Haití. La primera es con la oración. Según los prelados estadounidenses, es necesario continuar recordando a la gente de Haití y sus necesidades en nuestras oraciones personales “y pedir a sus parroquias que las incluyan en la oración universal durante la Misa”.
La segunda forma es colaborar. Las parroquias en Estados Unidos puede ofrecen directamente, de parroquia a parroquia, asistencia mediante la formación de un programa de hermanamiento con parroquias de Haití. El Programa de Hermanamiento Parroquial de las Américas se puede encontrar enwww.parishprogram.org así como el el CNRS, en el siguiente sitio: http://crs.org/haiti/parish-twinning/
La tercer forma es financiando o donando para llevar a cabo labores solidarias, por ejemplo, a través del Catholic Medical Mission Board en el sitio web: www.cmmb.org/workplace-giving. También la cuarta forma es dando un regalo o una comida para los pobres: www.foodforthepoor.org/catalog Y la quinta forma es visitando, directamente, Haití en donde operan un buen número de organizaciones de la Iglesia y humanitarias.