Comunicado de los obispos ante las nuevas reformas legales
La Conferencia Episcopal Boliviana expresa una vez más su preocupación por el contenido del proyecto de ley 321 del Código del Niño, Niña y Adolescente, aprobado en grande en la Cámara de Diputados. Valoramos los aspectos positivos de este código, como la ampliación de la cobertura de salud para la niñez y la justicia penal especial para adolescentes, entre otros. Pero expresamos nuestro rechazo al art. 5 que plantea como sujetos de protección a los niños, sólo desde el momento del nacimiento. Esto es atentatorio al derecho a la vida de los no nacidos, con graves consecuencias para el presente y futuro de nuestra sociedad. Cuestionamos también la incorporación de los derechos sexuales y reproductivos, vulnerando el ámbito de protección que todo niño debe tener.
El mencionado proyecto de ley retrocede normativamente respecto a la Constitución Política del Estado, al Código Civil y al Código Niña, Niño, Adolescente vigente, norma fundamental de protección de la niñez, al equiparar el inicio de la vida con el nacimiento, desconociendo o pretendiendo eliminar la dignidad y derechos de los no nacidos.
La vida y la dignidad de las personas son dones sagrados, no sólo como premisa religiosa legítima, sino como principio y garantía de la vida en sociedad que asegura el respeto de todos los demás derechos humanos y proyecta a toda comunidad a su verdadera realización y felicidad.
Como asegura el Papa Francisco en su última exhortación apostólica: "Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo… Esta defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano… si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno…" por ello, concluye el Papa "no es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana." (Evangelii Gaudium nn. 213 y 214)
Especialmente en estas horas decisivas llamamos a la conciencia de nuestros legisladores, particularmente de aquellos que profesan la fe cristiana, a rechazar todo intento de eliminación de la vida de los niños por nacer y protegerlos como el mayor patrimonio de toda sociedad.
Que el Señor de la Vida nos ilumine y permita que surjan leyes que aseguren la vida, desde su concepción hasta la muerte natural. A los fieles católicos les animamos a unirse en oraciones para que estas amenazas no se concreten y a manifestarse y movilizarse pacíficamente desde sus convicciones más profundas.
Artículo publicado originalmente por CELAM