Moscú está dispuesto a acoger los contactos entre Gobierno y oposición
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Enésima jornada de sangre ayer en Siria. Obuses de morteros y bombas han explotado en distintos barrios de Damasco, mientras que un atentado kamikaze en Suwa-yuda, al sur del país, ha tenido como objetivo la sede de los servicios de seguridad del régimen, asesinando al menos a 12 personas.
Está en vilo, mientras tanto, la Conferencia de paz Ginebra 2; inseguridades que han empujado al secretario general de la OTAN, Rasmussen a pedir a las partes del conflicto que participen en las conversaciones, mientras que Rusia se ofrece a acoger los contactos informales entre el Gobierno y grupos de la oposición siria.
Sobre el riesgo de que se cancele la conferencia de paz Ginebra 2, el analista político del Corriere della Sera Antonio Ferrari destaca que “es una situación muy compleja. Creo que un paso, aunque sea parcial, se ha dado: el de las armas químicas. Creo que Assad está subiendo el precio y quizás veremos que los demás también lo hacen”.
“Assad no se quiere ir, pero no está claro que no se vaya. Podría irse con garantías oportunas. Si hoy dijese: “Me voy, no me presento a las elecciones”, no sé que pasaría con la minoría alawita que está en el poder o con la gente que es culpable sólo de ser alawita”, señaló el experto.
Ferrari opina que “antes o después este encuentro se dará, porque la situación en el Siria no puede continuar así, es necesario tener paciencia”, pero es necesario “unir a los moderados de ambas facciones”.
“No podemos dar un país a los extremistas que están dispuestos a todo –advierte-. Los moderados sunitas, los moderados alawitas, los moderados kurdos, deben recomponer la unidad política del país, intentar sacarlo de esta situación que es insostenible no sólo para Siria: 120.000 muertos, dos millones de refugiados, cuatro millones de desplazados… soóo las fuerzas moderadas de una parte y de otra, aislando a los extremistas, podrían resolver el problema”.