El primer ministro inglés amenaza con llevar el caso a la ONU si no hay signos de una efectiva reconciliación antes de 2014
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El encuentro de jefes de Estado de la Commonwealth celebrado en Colombo del 15 al 17 de noviembre ha vuelto a poner sobre la mesa las violaciones de los derechos humanos cometidas por el gobierno de Sri Lanka y la necesidad de aclarar su papel en los crímenes cometidos durante la guerra civil.
Los líderes de esta organización de países con lazos históricos con el Reino Unido dieron un ultimátum al presidente Mahinda Rajapaksa, informó AsiaNews.
El primer ministro británico David Cameron amenazó con llevar nuevamente el problema a la atención de la ONU si el presidente de Sri Lanka no muestra los progresos de la reconciliación posterior a la guerra antes de marzo de 2014.
El presidente Rajaparksa respondió que el proceso de rehabilitación ya ha empezado y que necesitará tiempo.
Al final de la guerra civil que asoló Sri Lanka entre los años 1983 y 2009 y en la posguerra, la población tamil fue atacada sistemáticamente en el norte y el este del país –incluso con armas químicas y con bombas de mano-: miles de civiles inocentes murieron, muchos siguen desaparecidos.
Aún hoy, miles de “presos políticos” tamiles languidecen en las prisiones estatales, algunos desde hace más de 15 años. Muchos de ellos son mujeres, ancianos, enfermos, a menudo acusados de haber dado comida a la guerrilla.
Los propietarios tamiles del 90% de los territorios ocupados durante la guerra no han recuperado sus tierras. Además, las mujeres de esta etnia sufren un “control obligatorio demográfico”, y proliferan los abusos sexuales por parte de militares que quedan impunes.
El Gobierno de Sri Lanka patrocina una colonización, étnica, cultural y religiosa por parte de los colonos singaleses, inmigrantes en masa para “convertir” y “normalizar” las zonas históricamente tamiles, especialmente el norte y el este del país. Continúa censurando los medios de comunicación y todas las formas de disidencia, incluso con la intimidación y las amenazas.
Para la Comisión Justicia y Paz de la diócesis de Jaffna, “en Sri Lanka se está produciendo un genocidio del pueblo tamil”, según la agencia vaticana Fides.
“El asesinato y la desaparición de decenas de miles de civiles tamiles y las acciones que están suprimiendo sistemáticamente al pueblo tamil y a la comunidad, a nuestra cultura, religión, idioma, parecen tener la intención de destruir la pueblo Tamil”, escribían a principios de este año 132 líderes de distintas Iglesias y comunidades religiosas del norte y el este de Sri Lanka.
La carta, firmada en primer lugar por el obispo de Mannar, monseñor Rayyappu Joseph, pedía a la Comisión ONU de Derechos Humanos una intervención decidida para establecer responsabilidades y construir una verdadera reconciliación en el país.
Reconocimiento de la ONU
En septiembre, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, reconoció, después de visitar Sri Lanka, el abuso que sufren las mujeres, la violencia contra las minorías y la persecución de los defensores de esas garantías en el país asiático.
Constató las señales de aumento de una “dirección autoritaria” y advirtió que los civiles que sufrieron durante la guerra precisan de justicia y de compensaciones.
La Alta Comisionada también expresó la preocupación por los recientes casos de odio y de violencia contra las minorías religiosas. Iglesias y mezquitas han recibido varios ataques en los últimos años.
La fuerza de los líderes religiosos
Para el presidente del “Global Tamil Forum”, el sacerdote católico tamil S.J. Emmanuel, el gobierno de Sri Lanka ha fracasado en la reconciliación, después de la guerra civil y lo que el país necesita es una función profética de los líderes religiosos.
La reconciliación, señala a Fides, “se hace cada vez más difícil por la militarización de las regiones tamiles y por la actitud vengativa del ejército regular”, y “tiene que ver con la apertura de los corazones y las mentes, con valores como la verdad, la justicia, el amor al prójimo, la compasión”.
En su opinión, los líderes religiosos pueden “proclamar audazmente la verdad y la justicia, ingredientes de una verdadera paz y la reconciliación” y la coexistencia pacífica de todos los pueblos de Sri Lanka sólo será posible cuando los líderes no-político – religiosos, civiles y sociales – cumplan su papel de decir la verdad al poder”.
Para conocer más: http://www.youtube.com/watch?v=nrqzur74__Q