En el juicio, que deberá repetirse, se enfrenta a más de 2 años de prisión
Mohamed al Baladi, vendedor ambulante de unos 30 años de edad, fue arrestado el pasado 28 de agosto por las autoridades marroquís, que le confiscaron libros, revistas y CDs que consideraban proselitistas.
Fue juzgado y condenado en sólo 28 horas por el delito de negar el Islam, abraza el cristianismo y según el Presidente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), Mohamed Ulad Ayad, “quebrantar la fe de un musulmán al intentar convencer a un menor de que se convirtiera al cristianismo”, en un lugar, Marruecos, donde el proselitismo cristiano está prohibido y es castigado con penas de entre 6 meses y tres años de prisión y una multa de 500 dirhams (45 euros).
Tras la presión internacional, al conocerse este caso, el juez le ha concedido la libertad provisional a la espera de un nuevo juicio, en el que Al Baladi se enfrentará a una pena de dos años y medio de cárcel.
Mohamed Al Baladi, ya fuera de la cárcel ha denunciado el maltrato sufrido, por su condición de cristiano, por parte de los presos con los que compartía prisión; así como el ostracismo al que ha sido sometida su familia durante este tiempo en su propio pueblo.
La Asocación Marroquí de Derechos Humanos ha considerado el juicio como “una violación de la Declaración Universal de los derechos humanos” y comenzó una campaña de información que, finalmente ha conseguido la libertad provisional del encausado. No obstante, una libertad efímera, puesto que es probable que durante este mes y en un próximo juicio, Mohamed El Baladi tenga que pasar a dependencias penitenciarias con el único delito de ser cristiano.