El estilo espontáneo y personal del Papa Francisco es atractivo, pero también hace que sus palabras puedan ser fácilmente retorcidas por los periodistas sin escrúpulos.
Los sabuesos de la prensa andan rastreando la noticia de que el Papa Francisco llamó por teléfono a un hombre gay en Francia para decirle que no importa si lo es. Y unas semanas antes se informó de que el Papa llamó a una víctima de violación en Argentina para manifestarle su simpatía. El toque personal del papa es evidente en sus encuentros individuales con los fieles, y su actividad en Twitter muestra su estilo personal, vital y vibrante.
El estilo cálido, personal y atento del Papa es un valor en alza. Este estilo de comunicación espontáneo es atractivo y poderoso, pero también plantea problemas. Guste o no, Jorge Bergoglio no es sólo el obispo popular que viaja en Metro – es también el Vicario de Cristo, el Sucesor de Pedro y el primer definidor y defensor de la Fe. La gente escucha sus palabras, y lo que dice, importa.
Los que saben del tema son conscientes de que no todo lo que un papa dice es infalible. Un papa puede decir cosas por casualidad que sean ambiguas o que constituyan afirmaciones parciales de la realidad. Un papa también podría publicar escritos como “teólogo privado” como hizo Benedicto XVI – afirmando claramente que no escribía con la autoridad de su oficio papal.
Pero el hombre de la calle no está al tanto de estas sutiles distinciones, como tampoco lo está el periodista de a pie. Como resultado, las palabras y actos del papa a menudo son malinterpretadas. Con todo, hay algunos periodistas que comprenden perfectamente el poder de las palabras del Papa, y que cogerán cualquier afirmación ambigua y lo retorcerán para apoyar su agenda particular. Un ejemplo es el artículo sobre la ficticia llamada telefónica a un hombre gay en Francia. Cavan Sieczkowski, el escriba del Huffington Post, coge la historia (que no es más que un rumor) y le da pábulo escribiendo:
El Papa Francisco está considerado un papa progresista que quiere expresar abiertamente ideales progresistas. Después de las noticias sobre la existencia de un lobby gay en el Vaticano, Francisco habló sobre la diferencia entre un lobby gay y una persona gay, y ofreció su apoyo a la comunidad gay. “Una persona gay que busca a Dios y que tiene buena voluntad – bien, ¿quien soy yo para juzgarle?” dijo el Papa en una conferencia de prensa en julio…. Nadie debería marginar a estas personas; ellas deberían integrarse en la sociedad.
Siczkowski califica al Papa Francisco como “un papa progresista” y lo hace sonar como si su amable acercamiento a las personas homosexuales fuese una forma de romper con la enseñanza católica y una forma de aprobación “grosso modo” del estilo de vida gay… y todo ello por un rumor sobre una posible llamada telefónica del Papa a un gay.
El Papa Francisco está siendo utilizado por periodistas sin escrúpulos para su propia agenda progresista. Sus maneras amables, su estilo abierto y su cálida espontaneidad están siendo espadas de doble filo. Por una parte, el uso del teléfono celular y del twitter por parte del Papa que abraza a todos y hace comentarios afectuosos se gana a las multitudes. Por otro lado, hay algunos periodistas que están utilizando esta sencillez y afecto para dinamitar la enseñanza católica y para limar el aguijón del Evangelio de Cristo.
¿Qué se puede hacer? Sugiero que el Papa Francisco y su equipo de comunicación deberían poner el acento más en las acciones que en las palabras. Él ha demostrado ya que es un genio en los gestos proféticos, en las acciones memorables, y en la actitud poderosa.
Cuanto más sonríe, más muestra la genuina alegría cristiana. Cuanto más abraza a los pobres, los discapacitados y los necesitados, más muestra la compasión de Cristo. Cuanto más celebra la Misa con reverencia y concentración, más muestra el amor de Dios que está en el corazón de la fe católica. Cuanto más sencillamente vive, más muestra la verdad de que los pobres de espíritu son bienaventurados. Las poéticas y proféticas acciones del Papa Francisco encarnan la verdad de la fe católica de una forma poderosa. Y dado que son acciones, no pueden ser tan fácilmente retorcidas por quienes quieren distorsionar la fe para sus propios fines.
Vivimos en una era visual en la que una imagen dice más que mil palabras. Una imagen habla de una forma que no pueden hacer las palabras. Los profetas del Antiguo Testamento decían palabras fuertes, pero también hicieron obras poderosas, haciendo gestos dramáticos para mostrar el mensaje. El papel del Papa Francisco como profeta de nuestro tiempo se subraya más fuertemente por lo que hace, no por lo que dice.
Así es como comunica de una forma más efectiva, y esto es a lo que (además de sus enseñanzas) deberíamos prestar gran atención.
Hoy celebramos a...