El secretario general adjunto de la conferencia episcopal analiza la situación del país
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La Iglesia en Bolivia se encuentra, en estos momentos inmersa en una batalla en favor de la vida. Aleteia ha querido hablar con José Fuentes Cano, secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal de Bolivia, para preguntarle sobre la situación actual de la Iglesia en el país andino, la libertad religiosa y las relaciones con el gobierno de Evo Morales.
“En el tema de los niños no nacidos hay que hacer una fuerte campaña de concienciación sobre lo que es un aborto, es decir, una fuerte violencia contra un ser humano que sólo necesita tiempo para nacer”, explica José Fuentes, que destaca que la actual relación con el Gobierno “no es la mejor” y muestra que el diálogo entre Iglesia y Gobierno “es en este momento casi inexistente”.
Estos días en Bolivia se multiplican las marchas por la vida. ¿Cuál es la situación de la defensa de la vida en Bolivia?
El aborto está oficialmente penalizado por las leyes bolivianas y el derecho a la vida, consagrado en la Nueva Constitución Política del Estado. No obstante en Bolivia es fácil recurrir al aborto en numerosas clínicas y no hay ninguna penalización en la práctica. En estos días se ha presentado un recurso al Tribunal Constitucional solicitando la despenalización de varios artículos del código penal.
Aunque la vida humana en Bolivia se encuentra amenazada sobre todo por la pobreza y la falta de atención médica. Es difícil llegar a nacer, pero más difícil aún sobrevivir hasta los cinco años de vida. La mortalidad infantil es demasiado frecuente todavía lamentablemente y las culturas antiguas unidas a la situación de pobreza hacen muy dificultosa la vida de los menores.
Por otra parte los niños de la calle y en la calle y la mortalidad de esta población son un escándalo y una fuerte llamada a la conciencia de todos.
¿Encuentran apoyo en la defensa por la vida en colectivos no creyentes? ¿Es suficiente con manifestarse o los cristianos deben hacer algo más?
Los no creyentes suelen ser más sensibles a los problemas de mortalidad infantil o a la vida de los niños y niñas nacidos y en situación de pobreza que a la vida de los no nacidos. Los creyentes tenemos la clara conciencia de que la vida es don de Dios y por ello la sensibilidad ante la vida no nacida, pero querida por Él es mayor.
Respecto a si es suficiente manifestarse, hay que decir claramente que no. En el tema de los niños no nacidos hay que hacer una fuerte campaña de concienciación sobre lo que es un aborto, es decir, una fuerte violencia contra un ser humano que sólo necesita tiempo para nacer.
En el tema de los problemas de pobreza, el trabajo que debemos hacer es tan grande que pienso deberíamos unirnos todos: Estado, ONGs, Iglesias, etc., para luchar contra la pobreza. Hay muchas iniciativas pero poca unidad y acuerdo en el trabajo. Debemos unir fuerzas para que la situación de miseria en la que viven muchos niños no llegue a ser causa de su muerte.
El Papa Francisco recibirá en audiencia al presidente Evo Morales el próximo día 6 de septiembre. ¿Cuál es la relación entre los obispos bolivianos y el Gobierno?
La relación entre el gobierno actual de Bolivia y los obispos no es la mejor. Se ha caracterizado por el exceso verbal, por parte del Gobierno, cada vez que la Iglesia emite una opinión diferente a la de ellos.
Es un Gobierno a quien le cuesta convivir con la libre expresión de opiniones. Se tilda al diferente con toda clase de etiquetas: agente del imperialismo, enemigo del proceso de cambio, racista, etc. En este ambiente es difícil dialogar. De hecho el diálogo entre ambos es en este momento casi inexistente.
Bolivia vive un proceso político muy interesante caracterizado por la inclusión de los pueblos indígenas que ha sido valorado positivamente por los obispos en repetidas ocasiones; incluso el Estado laico, consagrado por la constitución, ha encontrado en la Iglesia Católica una defensora. Pero la Iglesia no puede callar cuando se pone en riesgo la libertad, el Estado de Derecho, la división de poderes o cuando se propagan ideologías que pregonan el autoritarismo o el pensamiento único. La Iglesia ha denunciado estas situaciones y de ahí han surgido las tensiones.
¿Respeta Evo Morales la libertad religiosa en Bolivia?
Formalmente la libertad religiosa está respetada, pero cada vez está más amenazada. La ideología estatista está cada vez más extendida. El Estado es el único formador de profesores, por ejemplo, amenazando el derecho de los padres a elegir la educación religiosa que quieren para sus hijos. La Normal Católica se ha cerrado, de forma que la Iglesia no puede ya cumplir su labor educadora de profesores de religión.
Existe una tendencia por parte del Estado a privilegiar ciertos ritos ancestrales en actos oficiales y a querer lideralizar un proceso de mal entendido ecumenismo porque en el fondo busca privilegiar a grupos afines a él. La Iglesia ha mostrado su desacuerdo y ha expresado su pensamiento de que el ecumenismo deben hacerlo los mismos grupos sin intervención estatal, pero el Gobierno no ha comprendido la posición y la interpreta como si la Iglesia defendiese los privilegios antiguos y no se sintiese agusto en una sociedad religiosa plural.
¿Qué repercusión ha tenido para la Iglesia en Bolivia el tener un Papa latinoamericano?
Estamos muy sorprendidos y contentos. Tenemos un Papa que conoce personalmente Bolivia y que sabe lo que sucede aquí por su cercanía cultural con América.
La Iglesia universal ha confiado en la latinoamericana y esto, sin duda, nos invita a dar pasos de adultez.
Es bonito disfrutar de tantos obispos que conocen personalmente al Santo Padre, contar sus anécdotas de forma cercana y sencilla. El papado se ha acercado a nuestras Iglesias locales. Esto nos ayuda mucho.
Por último, ¿cuáles son los mayores retos de la Iglesia en Bolivia hoy?
Tenemos el reto de la formación y la identidad cristiana del laicado. Hay que entender que ser cristiano no es un tema de participación en ritos, tradición y cultura solamente, sino una opción por Cristo que compromete la vida entera.
Hay que hacer que la vida cristiana llegue al compromiso social y político. Es un escándalo que sociedades cristianas sean, al mismo tiempo, campeonas de la corrupción. Eso significa mucho y nos exige mucho a los evangelizadores.
El clero boliviano necesita una más esmerada formación y acompañamiento para que verdaderamente nuestra Iglesia vaya teniendo el rostro propio, en sus pastores, que todos anhelamos.
La corresponsabilidad de todos en el caminar de la Iglesia es un gran desafío, incluso en el sostenimiento económico de las parroquias. Cada vez nos llega menos ayuda de Europa y esto es una gran dificultad, pero también una gran oportunidad.
Hemos de cambiar de mentalidad y ser una Iglesia misionera que se atreve a anunciar el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo y con la convicción de los orígenes.