Papa en Brasil: Esta siendo un terremoto, está tocando el corazón de todos

El Papa Francisco dona 20.000 euros al hospital Sao Francisco de Río de Janeiro y otros 20.000 euros a la favela Varginha que visitó en su viaje a Brasil.

Pero no sólo fue dinero lo que dejó el obispo de Roma tras la visita, dejó mucho más: “Creo que ha sido un gran altavoz a todo el problema de las favelas, porque además de la resonancia que tienen las palabras del Papa, también influye el lugar donde lo dice”, explicaba en el especial JMJ realizado por la Cadena COPE, el misionero español Ildefonso Escribano.

Lleva 50 años en las favelas y destaca que es “un lugar muy pobre, de favela” donde, “el Papa ha dicho palabras muy fuertes, aunque siempre con mucho cariño como es el temperamento de él”. “Él ha conquistado a todo el pueblo con su sencillez y cercanía”, continúa.

“Yo vivo 50 años en la Favela y lo que hacemos es hacer acto de presencia, compartir todos los desafíos y sufrimientos que la vida presenta a toda esta gente humilde y sencilla, estar con ellos y decirle alguna palabra de alivio, para que puedan ir adelante y también tratar de hacer alguna cosa con los problemas y sufrimientos a los que se enfrentan cada día”, reconoce el misionero español que valora esas primeras palabras del Papa en las que mostraba que iba simplemente a “tomar un cafezinho”.

Ildefonso Escribano, comenta durante el especial cómo es una favela: “Es un lugar donde el poder público se encuentra ausente, donde los más pobres se han acogido para solucionar por cuenta propia los problemas de vivienda, porque eran terrenos que estaban abandonados y nadie quería” y muestra que hasta allí llegan gente del nordeste del país: “la parte más pobre de Brasil donde hay tiempos que se pasan años sin llover y el hambre los acucia para tener que salir fuera a buscarse la vida”. “Se forman estos aglomerados donde el poder público está ausente”,  reitera: “Es el refugio de todo el tráfico de drogas, de todos los maleantes de las grandes ciudades”.

Habrá un antes y un después de esta visita explica el misionero español que destaca que “a la Iglesia le hacía falta esta bocanada de aire fresco que viene de las iglesias jóvenes, de las iglesias que forman comunidades vivas de fe”.

Un niño: “Quiero ser sacerdote”

“Esta siendo un terremoto, está tocando el corazón de todos”, destaca el padre Ildefonso Escribano que ya comienza a pensar en las maneras de poner en práctica toda la riqueza de su mensaje y predicación: “Hay que salir de la Iglesia, no apenas esperar que vengan. La puerta abierta no para que entren sino para salir a buscar”.

De entre todo lo vivido, destaca un detalle, el gesto de un niño que se salío de las filas que estaban viendo pasar el papamóvil. “Se acercó, se abrazó al Papa, le besó, le pasó la cara por el rostro y luego se agarró a los barrotes del Papa Móvil. Cuando se bajo, le dijo: Quiero ser sacerdote”, explica el misionero emocionado.