El parque ha albergado todo un complejo dedicado a mostrar la vitalidad de la fe en el mundo juvenil
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La hermosa Quinta da Boa Vista, en el norteño barrio de San Cristóbal de Río de Janeiro, ha cambiado en estos días su cotidianidad: aunque día con día el trajín de la gente es interminable, en la semana de la JMJ se incrementó de manera notable y definitivamente es diferente. Si bien este espacio, buscado por los habitantes de la ciudad para el ocio, es considerado un “pulmón” por su vegetación, estos días ha sido “un pulmón espiritual”.
Durante la JMJ el parque Boa Vista ha albergado todo un complejo dedicado a mostrar la vitalidad de la fe en el mundo juvenil. Ahí ha estado la Feria Vocacional; más de 50 confesionarios (donde el Papa administró el sacramento a 6 jóvenes peregrinos); una tienda de 600 m² para la adoración del Santísimo Sacramento; un centro de catequesis; la carpa “Punto Católico” que recibió diversos DJ’s Católicos; el Espacio “Evangelización 180°”, donde se pudo realizar deportes de riesgo como caminar en la cuerda floja, monopatín, alpinismo, tirolesa, baloncesto, voleibol y fútbol; tiendas de promoción oficial, tiendas para talleres, conferencias y espectáculos.
Avivar las vocaciones
Uno de los espacios más visitados en Boa Vista ha sido la Feria vocacional. Desde su preparación prometía ser un gran suceso en participación y un excelente lugar para avivar y despertar nuevas vocaciones. Y ha cumplido con creces. Miles de jóvenes recogen folletos, preguntan, se toman fotos. Los promotores vocacionales no se dan abasto dando información a los peregrinos en diversas lenguas, principalmente en portugués, inglés, español e italiano.
“La Feria vocacional es una oportunidad de llevar a la gente joven a plantearse el sentido y la misión de su vida. A través de la exposición de la riqueza y la diversidad de congregaciones y sus carismas, movimientos religiosos, y las comunidades, que representa respuestas concretas a la llamada de Dios, los peregrinos son animados a reflexionar y profundizar en el significado y la dirección que quieren dar a su vida”, señaló el padre Leonardo Lopes, coordinador de las actividades en Boa Vista.
Además de la loable labor que hacen los participantes en el campo vocacional ha habido un plus en la Feria: ha sido una oportunidad inmejorable para palpar la universalidad de la Iglesia y la gran riqueza de carismas que el Espíritu Santo ha ido suscitando a lo largo de los siglos para hacer presente el mensaje de salvación en todos los ámbitos de la vida y en todos los rincones de la tierra.
También ha sido la ocasión para que los religiosos que dan a conocer sus congregaciones creen o estrechen vínculos de amistad y conozcan a otras experiencias de seguimiento de Cristo. “Eso me hace valorar más mi vocación: ver que en el mar inmenso de la Iglesia, nuestra familia religiosa hace su aporte, tal vez discreto, pero valioso, tal como lo hacen las demás”, señaló una joven religiosa de la espiritualidad carmelitana.
La presencia de tantas comunidades religiosas “muestra la riqueza de la renovación de la iglesia latinoamericana, y del resto del mundo, especialmente tras el Concilio Vaticano II. Muchas de ellas constituyen una respuesta concreta de la renovada misión de la fe cristiana, hombres y mujeres, de vivir a diario el Evangelio de Jesucristo, a través de la lectura frecuente de las escrituras, viviendo a diario la eucaristía, en comunidad o en un ambiente secular, y anunciando el evangelio en el trabajo, en la universidad, en el colegio…”, comentó el el padre Leonardo Lopes.
Fueron más de cien comunidades y congregaciones religiosas que tienen presencia internacional (16 movimientos, 20 nuevas comunidades, 23 órdenes religiosas masculinas y 44 femeninas) las que montaron sus stands para dar a conocer a los peregrinos su identidad y misión en la Iglesia y en el mundo.