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Papa Francisco: Joven, ¿eres de los que se lava las manos ante la Cruz?

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Alvaro Real - publicado el 26/07/13
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“Jesús te está mirando ahora y te dice: ¿me querés ayudar a llevar la cruz? Joven: ¿qué le contestás?

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¿Cómo puede ser que una juventud enfervorizada espere a alguien que les lleva el mensaje de la cruz? ¿Cómo es posible que más de un millón de jóvenes entren en catarsis ante quien les muestra el sufrimiento del mundo? ¿Cómo se puede entender sin la fe un acto tan provocativamente escandaloso?
 
El Papa Francisco lo explicó, la Cruz no es el símbolo del sufrimiento sino el de la salvación: “Miren, Jesús con su Cruz recorre nuestras calles para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos”.
 
Bien lo demostró al parar el Papamovil de manera espontánea ante unos jóvenes en silla de ruedas o en la bendición de una estatua de San Francisco, “el patrón de los pobres”.
 
El Papa Francisco volvió a mostrar en su traslado hasta la Playa de Copacabana que está aquí para mostrar su cercanía(o la que le permiten las fuerzas de seguridad) con todos y hacer suyo el sufrimiento humano: “como el Cireneo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús”.
 
El obispo de Roma realizó en el Viacrucis el discurso más profundo de los, hasta el momento, pronunciados: “Nadie puede tocar la Cruz de Jesús sin dejar en ella algo de sí mismo y sin llevar consigo algo de la cruz de Jesús a la propia vida”, comenzó en su intervención recordando como desde 1984 la cruz de los jóvenes “ha atravesado los más variados mundos de la existencia humana”.
 
“¿Qué han dejado ustedes en la Cruz, queridos jóvenes de Brasil, en estos dos años en los que ha recorrido su inmenso país? Y ¿qué ha dejado la Cruz en cada uno de ustedes? ¿Qué nos enseña para nuestra vida esta Cruz?”, le preguntó a los jóvenes.
 
Poco a poco, fue contestando a estar preguntas. Primero mostrando que “con la Cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos”, explicando que con ella, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, que lloran la pérdida de sus hijos, o que sufren al verlos víctimas de paraísos artificiales como la droga; con ella”.
 
“Jesús se une a todas las personas que sufren hambre en un mundo que cada día tira toneladas de alimentos”, continuó Papa Francisco desgranando los grandes males del mundo: “Jesús se une a quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel; en ella, Jesús se une a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios”, sin dudar en hacer autocrítica: “por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio”.
 
La misericordia de la Cruz
 
El Papa Francisco mostró que en la Cruz de Cristo está todo ese sufrimiento y es la cruz la que esperanza a quienes tienen este dolor: “¡Ánimo! No la llevas tú solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida”.
 
“En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, su inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer”, explicaba el obispo de Roma: “Con Él, el mal, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra, porque Él nos da esperanza y vida: ha transformado la Cruz de instrumento de odio, de derrota, de muerte, en signo de amor, de victoria y de vida”.
 
Finalizó su intervención, con otro de los temas fundamentales de la “época bergoglio”: la misericordia. “Muchos rostros han
acompañado a Jesús en su camino al Calvario: Pilato, el Cireneo, María, las mujeres…”

En el momento más intenso del discurso, el Papa se dirigió con fuerza a los jóvenes: "Yo te pregunto hoy a vos: ¿Vos como querés ser? ¿Querés ser como Pilatos, que no tiene la valentía de ir a contracorriente para salvar la vida de Jesús y se lava las manos? Decidme: ¿Vós sós de los que se lavan las manos, se hacen los retraídos y miran para otro lado? ¿O sós como el Cireneo que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor y con ternura".

"Y vos, ¿como cuál de ellos queréis ser, como Pilato, Cireneo, como María? Jesús te está mirando ahora y te dice: ¿me quieres ayudar a llevar la cruz? Hermanos y hermanas, con toda tu fuerza de joven: ¿qué le contestás?"
 
El Papa Francisco mostró en este Viacrucis que en la Cruz de Cristo, “encontraremos un Corazón abierto que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada hermano o hermana nuestra con ese mismo amor”.
 
Solo así puede entenderse la multitud de jóvenes agolpados en Copacabana, sólo así se puede comprender la llegada de jóvenes de todo el mundo. El Papa Francisco enseñó a los jóvenes que la Cruz no es el símbolo del sufrimiento, sino de la compasión y la misericordia.

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