Homilía de la misa de este lunes en la Casa Santa Marta
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Pecadores, corruptos y santos, el Papa Francisco colocó sobre este trípode su homilía de la Misa celebrada este lunes por la mañana en la Casa Santa Marta. El Papa destacó que los corruptos hacen mucho mal a la Iglesia porque se adoran a sí mismos; y que los santos hacen mucho bien, son luz en la Iglesia. En la Misa, concelebrada con el cardenal Angelo Amato- participó un grupo de sacerdotes y de colaboradores de la Congregación para las Causas de los Santos y un grupo de Caballeros de Su Santidad.
¿Qué pasa cuando queremos convertirnos nosotros en patrones de la viña? El Papa Francisco predicó su homilía partiendo del Evangelio de hoy sobre los viñadores malvados y se detuvo en los “tres modelos de cristianos que hay en la Iglesia”: los pecadores, los corruptos y los santos”.
El Papa observó que de los pecadores “no es necesario hablar mucho, porque todos nosotros lo somos”. Nos conocemos “desde dentro- prosiguió- y sabemos qué es un pecador. Y si cualquiera de nosotros no se siente así, que se vaya a visitar a su médico espiritual”, porque “algo no va bien”.
La parábola, sin embargo, habla de otra figura, prosiguió: la de aquellos que quieren “hacerse con la viña y que han perdido la relación con el dueño de la misma”, un Señor que nos ha llamado con amor, que nos custodia, pero que también nos da la libertad”. Estas personas “se sienten fuertes, se sienten autónomas de Dios”.
“Estos, poco a poco, van cayendo en esta autonomía, la autonomía en la relación con Dios: ‘Nosotros no necesitamos de este Señor, ¡que no venga a molestarnos!’ Y vamos adelante con esto –dijo-: ¡Estos son los corruptos! Estos que eran pecadores como todos nosotros, pero que han dado un paso adelante, como si se hubiesen consolidado en el pecado: no necesitan a Dios!”.
“Pero esto, no puede ser, porque en nuestro código genético está la relación con Dios –prosiguió-. Y como esto no pueden negarlo, hacen un dios especial: ellos se convierten en Dios. Son los corruptos”.
Esto, añadió, “también es un peligro para nosotros”. En las comunidades cristianas”, dijo, “los corruptos piensan sólo en su grupo: “Bueno, bueno, es nuestro –piensan-, pero en realidad “son ellos para sí mismos”.
“Judas comenzó como pecador avaro y terminó en la corrupción –subrayó-. Es un camino peligroso, el camino de la autonomía: los corruptos son grandes desmemoriados, han olvidado el amor con el que el Señor ha hecho la viña, ¡les ha hecho a ellos! ¡Han cortado la relación con este amor! Y se han convertido en adoradores de sí mismos”.
¡Cuánto mal han hecho los corruptos en las comunidades cristianos! –aseguró-. Que el Señor nos preserve de deslizarnos por el camino de la corrupción”.
El Papa habló también de los santos, recordando que hoy, 3 de junio, es el 50º aniversario de la muerte de Juan XXIII, “modelo de santidad”. En el Evangelio de hoy, añadió, los santos son los que “van a por la renta que produce la viña”. Ellos “saben lo que les espera, pero saben que lo deben hacer y lo hacen”.
Habló de los santos como “los que obedecen al Seños, los que adoran al Señor, los que no han perdido la memoria del amor, con el que el Señor creó la viña”.
Y dijo que “así como los corruptos hacen mucho mal a la Iglesia, los santos hacen mucho bien”. “De los corruptos, el apóstol Juan dice que son el anticristo, que están en medio de nosotros, pero que no son de los nuestros –continuó-. De los santos, la Palabra de Dios nos habla como de luz, ‘los que están delante del trono de Dios, en adoración’. Pidamos al Señor hoy la gracia de sentirnos pecadores, pero verdaderamente pecadores, no pecadores indefinidos, sino pecadores por esto, esto y esto, cosas concretas, con la concreción del pecado. La gracia de no volvernos corruptos: ¡pecadores sí, corruptos no! Y la gracia de ir por el camino de la santidad. Así sea”.