Homilía del Papa Francisco hoy en la Domus Santa MartaPara un cristiano progresar significa humillarse, como hizo Jesús. Esto es lo que ha dicho el Papa Francisco en la Misa de esta mañana en la Casa Santa Marta. Además ha afirmado que el verdadero poder es el servicio y que la lucha por el poder en la Iglesia no debería existir. En la Misa –concelebrada por el director de programas de Radio Vaticana, el padre Andrzej Koprowski- han participado un grupo de trabajadores de esta emisora, así como de la Oficina de peregrinos y turistas de la Gobernación Vaticana. Además estaban presentes Maria Voce y Giancarlo Faletti, presidenta y vicepresidente del Movimiento de los Focolares.
Jesús habla de su Pasión y los discípulos, sin embargo, se ponen a discutir sobre quién es el más grande entre ellos. Es el amargo episodio narrado por el Evangelio de hoy, que ha sido usado por el Papa Francisco para meditar sobre el poder y el servicio. “La lucha por el poder en la Iglesia –observó el Papa- no es solo cosa de estos días”, “comenzó estando con Jesús”. Y destacó que “en la clave evangélica de Jesús, la lucha por el poder en la Iglesia no debe existir”, porque el verdadero poder, el que el Señor “con su ejemplo nos ha enseñado”, “es el poder del servicio”.
“El verdadero poder es el servicio. Como lo ha hecho Él, que vino para no hacerse servir, sino para servir, y su servicio ha sido un servicio de la Cruz. Él se abajó hasta la muerte, la muerte en la Cruz, por nosotros, para servirnos, para salvarnos. En la Iglesia no hay otro camino para subir. Para el cristiano progresar, medrar, significa abajarse. Si no aprendemos esta regla cristiana, nunca, nunca podremos entender el verdadero mensaje de Jesús sobre el poder”.
Progresar, añadió, “significa humillarse”, “estar al servicio siempre”. Y en la Iglesia, repuso, “el más grande es el que más sirve, el que más está al servicio de los demás”. Esta “es la regla”. Y, sin embargo, afirmó el Papa Francisco, desde el principio hasta ahora han existido “luchas de poder en la Iglesia”, incluso “en nuestra manera de hablar”.
“Cuando a una persona se le da un cargo que según los ojos del mundo es un cargo superior, se dice: ‘¡Ah! A esta mujer la han ascendido a presidenta de esta asociación y este hombre ha sido promovido…’ Este verbo: promover: si es un verbo bello, se debe usar en la Iglesia. Sí: este ha sido promovido a la cruz, en la humillación. Esta es la verdadera promoción, la que ‘se parece más’ a Jesús”.
El Papa recordó que San Ignacio de Loyola, en los Ejercicios Espirituales, pedía al Señor Crucificado “la gracia de las humillaciones”. Este, ha afirmado, es “el verdadero poder del servicio de la Iglesia”. Este es el verdadero camino de Jesús, la verdadera promoción y no la mundana:
“El camino del Señor es Su Servicio: como Él realizó su servicio, nosotros debemos ir detrás de Él , el camino del servicio. Este el verdadero poder en la Iglesia. Yo quisiera rezar hoy por todos nosotros, para que el Señor nos de la gracia de entender esta regla de oro que Él nos enseñó con su ejemplo: para un cristiano progresar, subir, significa abajarse, humillarse. Pidamos esta gracia”.