El conocido bloguero español Arcadi Espada publicaba hoy una columna de opinión criticando a la diputada Beatriz Escudero por defender el derecho a nacer de los niños con discapacidad. Para el periodista, debería acusarse a quienes sostienen esta posición de crímenes de la humanidad. Sus propias palabras: “Si alguien deja nacer a alguien enfermo, pudiéndolo haber evitado, ese alguien deberá someterse a la posibilidad, no solo de que el enfermo lo denuncie por su crimen, sino de que sea la propia sociedad, que habrá de sufragar el coste de los tratamientos, la que lo haga. Este tipo de gente averiada alza la voz histérica cada vez que se plantea la posibilidad de diseñar hijos más inteligentes, más sanos y mejores. Por el contrario ellos tratan impunemente de imponernos su particular diseño eugenésico: hijos tontos, enfermos y peores”.
La Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) ha condenado el artículo firmado por el periodista. Según este colectivo, el autor “expone una sucesión intolerable de faltas de respeto hacia las personas con discapacidad para justificar su apoyo al aborto eugenésico” y señala que “el nacimiento de una persona con una enfermedad es un “crimen” denunciable”.
Este colectivo exige una rectificación inmediata y muestran cómo se les ha llamado “gente averiada”, “hijos tontos, enfermos y peores”. “Consideramos totalmente intolerable que en pleno siglo XXI un periódico como El Mundo consienta que se firmen artículos que más se corresponderían con la época nazi”, explica COCEMFE.
Su presidente, Mario García muestra que “las palabras no son inocuas y en este caso, además, son anticuadas, inexactas e inapropiadas, ya que perpetúan imágenes sociales negativas y estigmatizan a los cuatro millones de personas que hay en nuestro país y también a sus familias”, destacando que estas palabras están haciendo “un daño gratuito y, en ocasiones, irreparable”.
En Aleteia ofrecimos el pasado 9 de mayo estas palabras del doctor José María Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de Médicos Cristianos
La opción más humana. más justa y más biológicamente rentable ante un embarazo, venga el crío “bien” o no, es apoyarlo. Una sociedad verdaderamente humana cuida de sus hijos enfermos. De hecho, según el profesor Daniel Turbón, catedrático de Antropología de la Universidad de Barcelona y buen amigo mío, la humanidad antigua se transformó en Homo sapiens cuando empezó a cuidar a sus hijos en grupo, a curar a los heridos y a enterrar con solemnidad a sus muertos. Algunos “ritos” pueden parecer una pérdida de tiempo, de energía o de ventaja competitiva. Sin embargo, son el inicio de la Civilización y son necesarios para el desarrollo social.
Uno de los grandes principios del sentido común ante las enfermedades o transtornos que rozan la muerte es el siguiente: no el lo mismo “morirse” que “ser matado”. Ahí radica la diferencia entre cuidar humanamente y la eutanasia. En algunas ocasiones no se puede impedir que una malformación congénita termine en una muerte al poco de nacer o algún tiempo después. Pero lo más humano es cuidar hasta dónde se pueda al hijo, a la madre, a la familia, a los amigos. A veces solo se puede consolar. Y se agradece siempre. En el ahora o más adelante. Lo he visto en todo el mundo. En sociedades desarrolladas, en el tercer mundo, en los países pobres y en ambientes de droga y prostitución.
La Medicina buena, como es su deber, trata de prevenir los defectos o las enfermedades de las personas. Es su deber. Como también lo es – de la Medicina y de la autoridad pública- proteger al débil del fuerte, evitar el abuso del hombre contra la mujer, del hombre sobre el niño, del joven contra el anciano, del humano macroscópico frente al humano microscópico. A fin de cuentas, el Derecho existe para proteger al débil. ¡El fuerte se defiende solo!
No soporto al fariseo que deja sentar en el autobús al mongólico y piensa para sí, con esa mueca inconfundible que se detecta a la legua, que no debería haber nacido. No, no tenemos derecho a la vida. La vida siempre es un regalo, más o menos bien envuelto, pero regalo al fin. No tenemos derecho a la vida ni a vivir. No, no, no. No tenemos derecho a que ningún ser humano nos quite la vida, seamos como seamos. ¿Has visto reír a un niño con una grave malformación? No te lo pierdas. Será bello y reconfortante para ti y para él, en el hoy o en el mañana. Olerás su perfecta humanidad y sentirás emociones con él y habrás entendido lo que es ser humano.
Hoy celebramos a...