Argentina aparece como paradigma de la exportación, por parte de Europa, de la ideología que pretende dar por superada la naturaleza humana, en el Cuarto informe anual sobre la Doctrina Social de la Iglesia en el mundo del Observatorio Cardenal Van Thuân y otros cinco institutos internacionales de Investigación, presentado este miércoles 8 de mayo en la sede de Radio Vaticano.
En un solo año, este gran país sudamericano de tradición católica ha tenido una ley sobre la procreación artificial que ha desnaturalizado la familia, además de una modificación del Código Civil para permitir el “vientre de alquiler” que ha desnaturalizado la paternidad y la filiación. También revolucionó la base de toda la sociedad argentina, fue dejada de lado la noción de “naturaleza humana” y el país se apartó violentamente de la inspiración de la fe católica para la construcción de la sociedad.
Es la valoración que el presidente del Observatorio Cardenal Van Thuân, monseñor Giampaolo Crepaldi, realizó al presentar el informe, que incluye datos del año 2011 recogidos por el CIES (Centro de Iniciativas de la Economía Social) de Buenos Aires.
El estudio señala una emergencia: la “colonización de la naturaleza humana” provocada por una ideología occidental, expresión de una cultura nihilista, que pretende superar completamente el concepto de naturaleza humana.
“Es exactamente aquí en Europa donde esta despedida de la naturaleza humana está obteniendo resultados más inquietantes –declaró monseñor Crepaldi-. La Europa que difundía el cristianismo y, con él, la tutela de la naturaleza humana creada por Dios, ahora exporta la superación de la naturaleza humana hacia una identidad que se construye libremente: varón o mujer, madre o padre, mujer o marido… no se es, se convierte en”.
El prelado citó a Benedicto XVI al destacar que necesidad de proteger al hombre de la destrucción de sí mismo.
Mi cuerpo, ¿qué me dice de mí?
“Si la naturaleza se percibe como un cúmulo de fenómenos naturales guiados por el azar o la necesidad, entonces permanece muda con respecto a nosotros: no dice nada sobre nosotros y sobre nuestra vida”, advirtió el arzobispo.
Según esa ideología, ser hombre o mujer no es una palabra que nos precede sino un deseo nuestro. “Si nuestra estructura sexuada no es un mensaje que nos dice cómo vivir cómo personas humanas, entonces la genitalidad es algo exclusivamente técnico”, indicó el prelado italiano.
Al quitar a la identidad sexual la capacidad de darnos un código de vida, la genitalidad se reduce a una pura técnica vivida fuera de cualquier identidad, o sea fuera del mismo ser hombre y mujer, continuó.
Y añadió: “Hay un inmenso trabajo cultural que hacer para educar a este sentido de la naturaleza y de la naturaleza humana y es desagradable tener que admitir que dentro de la Iglesia y entre las comunidades cristianas mismas a veces se ignora la importancia de este punto”.
También intervino en la presentación del informe la experta Eugenia Roccella, quien se refirió a la necesidad de una “realfabetización” de la sociedad actual.
“Se están perdiendo los conceptos que antes dábamos por descontado y sobre los que está construida la comunidad humana –declaró a Aleteia-. La evidencia originaria, el concepto de persona, los conceptos más sencillos sobre los que hay una sabiduría popular, como mamá, papá”.
“Existe la idea de que el hijo es un derecho y empieza a existir también la idea de que puede ser un objeto que se compra”, denunció, antes de criticar el comercio de óvulos.
Y profundizando en la cuestión, se refirió a la cuestión antropológica, destacando que “nace de la pérdida de la conciencia de ser criatura” y criticando la teoría de género que defiende la manipulación del cuerpo humano, que es, recordó, el “lugar de la persona”.