¿Lo de que “cualquier varón bautizado puede ser elegido” es en serio?
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¿Quién puede ser elegido Papa?
Según se puede desprender del Código de Derecho Canónico (canon 332 §1, http://www.vatican.va/archive/ESL0020/__P15.HTM), en principio, cualquier varón bautizado puede ser elegido Papa. Obviamente hablamos de suposiciones poco realistas. Si no es obispo, deberá ser consagrado inmediatamente tras su elección, pues el Papa es ante todo “obispo de Roma”.
Obviamente, como dice la constitución apostólica Universi Dominici Gregis (http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_22021996_universi-dominici-gregis_sp.html), publicada por Juan Pablo II en 1996 para reglamentar el cónclave, se requiere también la aceptación del elegido.
Si bien la normativa es muy abierta, en los cónclaves celebrados en la época moderna el elegido siempre ha sido cardenal.
¿Quiénes pueden elegir al Papa?
Los electores del Papa y por tanto, los únicos con derecho a participación y voto en el cónclave, son los cardenales que no han cumplido los 80 años en el día en que la Sede Apostólica queda vacante (la noche del 28 de febrero).
Los cardenales de más de ochenta años participan en las congregaciones generales del Colegio Cardenalicio que sirven para convocar el cónclave, pero quedan excluidos del cónclave al comienzo.
¿Por qué deben aislarse los participantes en el cónclave?
Dado que los poderes temporales en el pasado trataban de influenciar la elección del Papa, las normas que regulan el cónclave buscan garantizar la libertad de los electores y el clima de retiro espiritual que debe acompañar la elección del Sucesor de Pedro.
Cónclave viene de la palabra latina que quiere decir “con llave” (encerrados “con llave”). El cónclave fue instituido por Gregorio X en el II Concilio de Lyon (1274), después del larguísimo proceso en el que él mismo fue elegido Papa. El espíritu de retiro de aquel cónclave sigue vigente todavía hoy.
En la actualidad la independencia en la elección del Papa sigue sufriendo amenazas. En el último cónclave, la Secretaría de Estado de la Santa Sede alertó en un comunicado ante la posibilidad de que los medios de información traten de influenciar el resultado del cónclave y la participación de los cardenales a causa de campañas informativas (Cf. http://www.vis.va/vissolr/index.php?vi=es&dl=cf76762a-195d-d1c9-6540-5128b5baa486&dl_t=text/xml&dl_a=y&ul=1&ev=1).
La independencia que debe garantizarse al colegio cardenalicio explica, por ejemplo, el que los cardenales (y las personas que participan en el cónclave: enfermeros, servicios de comedor y limpieza, etc.) deban a guardar secreto absoluto sobre todo lo que afecta a las votaciones para la elección del Papa.
En la carta apostólica en forma de “Motu Proprio” publicada por Benedicto XVI para modificar algunas normas del cónclave a causa de su renuncia (22 de febrero de 2013, http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu-proprio_20130222_normas-nonnullas_sp.html), se establece que la violación de este secreto implica la excomunión latae sententiae (automática). La excomunión sólo podrá ser levantada por la Santa Sede.
Por este motivo, el cónclave comienza con la admonición del maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias que dice “extra omnes!” (¡afuera todos!) en el momento del cierre de las puertas de la Capilla Sixtina.
Y por este motivo durante el cónclave queda prohibido todo contacto de los electores con el exterior. Los cardenales electores no pueden utilizar ningún tipo de medio de comunicación, ni tradicionales ni modernos. Tampoco pueden enviar mensajes durante los días de cónclave a través de las redes sociales 🙁
¿Cómo es el juramento de quienes participan en el cónclave y no son cardenales?
Las personas que asisten a los cardenales durante el cónclave emiten, ante el cardenal camarlengo u otro cardenal delegado por éste, este juramento expuesto por Benedicto XVI en la carta apostólica en forma de Motu Proprio emitida el 22 de febrero de 2013: (http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu-proprio_20130222_normas-nonnullas_sp.html).
“Yo N. N. prometo y juro observar el secreto absoluto con quien no forme parte del Colegio de los Cardenales electores, y esto perpetuamente, a menos que reciba especiales facultades dadas expresamente por el nuevo Pontífice elegido o por sus Sucesores, acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las votaciones y a los escrutinios para la elección del Sumo Pontífice.
Prometo igualmente y juro que me abstendré de hacer uso de cualquier instrumento de grabación, audición o visión de cuanto, durante el período de la elección, se desarrolla dentro del ámbito de la Ciudad del Vaticano, y particularmente de lo que directa o indirectamente de algún modo tiene que ver con las operaciones relacionadas con la elección misma.
Declaro emitir este juramento consciente de que una infracción del mismo comportaría para mí la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica.
Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano”.
¿Dónde se celebra el cónclave?
Las votaciones deben desarrollar exclusivamente en la Capilla Sixtina; lugar escogido tanto para recordar a los cardenales a través del Juicio Final de Miguel Ángel la importancia de su responsabilidad, como para garantizar la reserva y aislamiento del voto.
De los 265 Papas de la historia, hasta ahora, 25 han sido escogidos en la Capilla Sixtina y un total de 51 en el Vaticano. En siglos pasados, otras elecciones tuvieron lugar en Roma (cuatro en el Palacio del Quirinal, que era residencia de los Papas), en otras ciudades italianas (Arezzo, Pisa, Siena, Perusia, Viterbo, Venecia, Verona, Ferrara, Terracina, Velletri) y de Europa (Constanza, Aviñón, y Lyón).
En el caso de 150 elecciones de papas no existen documentos de confianza, pero los expertos coinciden en afirmar que la mayoría se celebraron en Roma.
Juan Pablo II decidió crear una residencia dentro de los muros del Vaticano para que sirva de alojamiento a los cardenales durante esos días: la Casa de Santa Marta, que se ha convertido en la residencia del papa Francisco.
El traslado de la residencia a la Capilla Sixtina tiene lugar a través de autobuses especialmente dedicados en estos días para este servicio.
¿Cuándo debería comenzar el cónclave?
La constitución apostólica Universi Dominici Gregis (http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_22021996_universi-dominici-gregis_sp.html) prevé que el cónclave se convoque 15 días después del comienzo de la Sede Vacante, plazo que los cardenales pueden alargar hasta 20 días.
La última vez, Benedicto XVI permitió a los cardenales anticipar el comienzo del cónclave, siempre que constara la presencia de todos los cardenales electores. Esta decisión se debió al hecho de que en esa ocasión no había que celebrar las exequias del Papa anterior.
En el día del inicio del mismo, los cardenales electores participan en una solemne misa con la misa votiva “Pro eligendo Papa”. Por la tarde del mismo día los electores van en procesión solemne desde la Capilla Paulina, invocando con el canto del Veni Creator la asistencia del Espíritu Santo, a la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico.