Alarma, un cuerpo extraño se acerca a la tierra
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La posibilidad de un meteorito impactando con la Tierra y exterminando todo tipo de vida es un viejo conocido de la ciencia ficción y del cine de finales del siglo XX (películas como Armaggedon o Deep Impact).
Y acostumbrados como estamos en los últimos años a continuas predicciones sobre el fin del mundo, no es de extrañar que una noticia de estas características haga aflorar los miedos irracionales: ¿estaría la humanidad preparada para afrontar su propia destrucción?
Según el experto colaborador de Aleteia Luis Santamaría, el 14 % de la humanidad cree que el fin del mundo está cercano.
A pesar de las continuas predicciones fallidas, como los famosos mayas (¿alguien se acuerda aún de ellos?), que hicieron correr ríos de tinta y responder al propio Observatorio Vaticano. Son setas que crecen fácilmente en el caldo de cultivo de la crisis espiritual del hombre.
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Como dice Santamaría en otro acertado artículo, “ignorantes de la fecha de caducidad de nuestro mundo, ésa es la actitud de los seguidores de Cristo. Pero no despreocupados, sino vigilantes y responsables”.
La búsqueda de fechas y el cálculo matemático “son tentaciones continuas que pretenden una certeza en la cual apoyarse de forma humana, demasiado humana, dejando de vivir una esperanza que, ciertamente, no es fácil”.
“El designio de Dios, desconocido, no puede ser abarcado por una inteligencia humana que pretende conocerlo, entenderlo y desentrañarlo todo”.
“Lo cierto es que la crisis económica global que estamos viviendo se revela aquí, completamente, como una crisis de sentido y una percepción más nítida en muchas personas de la debilidad de nuestras estructuras y de la vulnerabilidad de nuestra sociedad”.
“Y el hombre necesita certezas y seguridades. Pensar en un fin del mundo, sin embargo, no llama precisamente a la responsabilidad personal ni a la reacción solidaria, sino al “sálvese quien pueda” y, en último término, al fatalismo y la resignación”, dijo Santamaría, al contestar la pregunta “¿Se acaba el mundo en 2012”, para Aleteia.