En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la
construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas
que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará
piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será
destruido".
Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto
y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?"
Él les respondió: "Cuídense de que nadie los engañe, porque
muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías.
El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan
hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico,
porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin".
Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino
contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos,
epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas
y terribles".
Lc 21, 5-11
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