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¿Tu prometido(a) te ha dejado sin dar ninguna explicación concreta? Asombro es la palabra que caracteriza lo que se siente cuando se ve el inesperado giro de ruptura por la misma persona que parecía querer unir su vida a la tuya.
La tentación es entrar primero en la negación; pero debes reconocer que su decisión es definitiva. Y entonces llega la angustia, con esta dolorosa sensación de inutilidad, y este sentimiento de que tu vida ya no tiene sentido.
Entonces, ¿cómo superas este dolor?
El amor florece solo en la verdad y la libertad…
En primer lugar, duerme bien, para recuperar tus fuerzas. Por otro lado, es esencial entender que aunque el amor de otra persona puede hacernos sentir valiosos, no significa que si ya no nos ama no valemos nada.
Por encima de todo, hay que vivir el proceso del duelo. Y esto requiere que dejemos de esperar el regreso de nuestro ser querido.
Por supuesto, cualquier ruptura causa sufrimiento. Pero posiblemente era necesaria. Tal vez la persona que fue tu prometida haya llegado a la conclusión de que, a pesar de quererte, casarse ya no le parecía posible.
Muy probablemente hayan existido razones graves para justificar su gesto (no sabes, tampoco, si sufre tanto como tú). No tienes que sentirte responsable, y mucho menos culpable.
Incluso si te dio una explicación torpe o incompleta, no puedes culparlo por querer terminar la relación, que a sus ojos no podría ir más allá. El amor florece solo en la verdad y la libertad.
Puedes amar dos veces, y la segunda mejor que la primera
Actualmente, comprendemos que un fracaso no solo puede ser superado, sino que se convierte en una oportunidad para una mayor madurez. Nos permite descubrir qué es y qué no es el amor auténtico.
También nos enseña que no "poseemos" al otro, y que el amor no es dependencia. Incluso después de una ruptura dolorosa, es necesario recoger los hilos que el dolor ha roto, y seguir viviendo.
Finalmente, no olvides que puedes amar dos veces. Y la segunda vez mejor que la primera. Mientras tanto, sigues siendo amado, por tus padres, tus amigos y sobre todo por Dios, y más aún porque Él sabe que estás sufriendo.
Confía en los planes de Dios
Aunque al inicio es complicado, pide luz al Espíritu Santo y refúgiate en Él, pues Dios nunca se equivoca y siempre tiene un plan perfecto para cada uno, por ello pide y agradece, aunque en el momento no lo entiendas. Él será tu guía y te ayudará a sanar esa herida a sí como a seguir confiando en su amor que es inagotable.
Denis Sonet