Sin el perdón, no podemos ser dueños de los sentimientos

Janez Meden es teólogo, está casado y trabaja como asociado pastoral en diversos campos. Empezó a trabajar con programas de catequesis en línea para jóvenes y adultos. Para la Familia, desarrolló el programa en línea Perdón - el camino hacia la libertad, para aquellos que quieran sanar y ordenar sus sentimientos.

Hablamos con Janez Meden sobre cómo desarrolló el primer programa en línea en Eslovenia, cuyo objetivo es ayudar a las personas a dejar atrás los resentimientos y empezar a vivir de nuevo.

Aleteia: ¿Cómo podemos reconocer que necesitamos desprendernos de un viejo rencor?

Janez: Esta es la parte más difícil. Creo que si observas tu vida y ves rencor, es una señal grande y evidente. Que te sientes víctima la mayor parte del tiempo, que a menudo piensas que la gente quiere algo de ti, que tienen algo contra ti o que tú tienes algo contra la gente. Sientes que el mundo te debe algo. Son mecanismos que provienen del dolor y pueden estar justificados, pero el problema es que te convierten en prisionero de ti mismo. Te hacen incapaz de vivir en paz y feliz.

¿Es posible perdonar sin una dimensión espiritual?

Es muy difícil perdonar sin Dios y sin fe. Sin confiar en que hay alguien que va a arreglar las cosas y que no te corresponde a ti hacerlo, uno se queda atrapado en un círculo vicioso de resentimiento y venganza, a veces haciendo mal a alguien que no te ha hecho nada malo por el mal que te han hecho a ti.

Hay un Dios que es capaz de hacer algo bueno de algo que ha sucedido, de algo que ha sido malo, si tú estás implicado en ello. Es difícil olvidarlo, pero al mismo tiempo es muy liberador. No tienes que ser el juez y el que trae la justicia al mundo.

¿Qué pasa cuando necesitas perdonarte a ti mismo?

Para mí, la frase que más me ayuda es: "Dios cuenta con mi imperfección". Creo que en Su plan, Dios no previó que yo, como ser humano imperfecto, haría las cosas perfectamente, pero que Él cuenta con ello. Y si Él cuenta con ello, probablemente yo también pueda hacerlo.

Algunas personas necesitan ayuda profesional. ¿Qué les aconsejarías?

Podría comparar, en broma, la diferencia entre un programa en línea y un terapeuta con la diferencia entre un navegador por satélite y una guía turística. Si la ruta es predecible, basta con tener un navegador; pero si vas por terrenos realmente peligrosos, es bueno tener un experto a tu lado que te guíe.

Si te encuentras atrapado en círculos, un terapeuta puede ayudarte. A veces no puedes resolverlo todo tú mismo.

Trabajar en aliviar el rencor, ayuda a ser verdaderamente libres a dejar tu vida en las manos de Dios. Ser libres, es también tomar tus propias decisiones no por resentimiento o dolor, sino por amor a algo bueno, bello y pacífico.